Capítulo 6

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Junio, 2013.
Nam-gu, Ulsan.

El sueño siempre había empezado igual, disfrazado de un sutil alivio que conforme pasaban los segundos se convertía en la pesadilla capaz de arrancar gritos de su garganta y empapar su rostro en lágrimas. La ilusión lo transportaba a aquella noche ya lejana y aprovechaba su memoria para reproducir una película que iba desde el viaje en auto, hasta el trágico despertar en que el mundo, como si se tratara de una copa, se había fragmentado y quebrado en miles de pedazos. Nunca supo los detalles, siempre hubo huecos que la imaginación llenó, aunque jamás se acercó a la realidad.

Ahora lo sabía todo, después de catorce años de protector silencio, Junmyeon había abierto la puerta de sus recuerdos y permitido que su sobrino conociera los por menores de la misión en que sus padres habían sido asesinados.

Todo comenzó con una llamada. Cuando su madre respondió el teléfono y escuchó la clase de dolor que infligían a su esposo, la sed de venganza que bullía en su interior sólo se intensificó cuando el enemigo amenazó con provocar los mismos gritos al dulce niño que la acompañaba. No dudó en hablar con su hermano, en poner en aviso a los líderes y prepararlos para el rescate, pues de ninguna forma podrían ignorar que el rehén de los yakuza fuera su esposo y el padre de su hijo. Ellos la apoyaron, se pusieron a su servicio.

Esa noche, Taeyeon comandó la misión que habría de devolverle a su familia, sabía que el enemigo podría mentir respecto a la ubicación acordada, así que le pidió a su hermano que fuera hasta el lugar donde suponían que habían montado su verdadero refugio. Junmyeon accedió, dejó que su gente siguiera a la dama y condujo hasta aquella vieja oficina que había permanecido abandonada hasta que los extranjeros la invadieron. No sabía lo que le esperaría, pero seguro que jamás imaginó lo que encontró.

No somos asesinos, jamás arrebatamos una vida inocente. Esa mujer, el niño al que protegía... fui incapaz de volverlos parte de este juego sangriento y los dejé ir. Ahora comprendo que no haberlo hecho fue un error —dijo Junmyeon, el veneno que teñía su voz asemejándose demasiado a la culpa que no tendría por qué estar sintiendo pues, tal como lo había dicho un momento atrás, incluso en el infierno existen límites infranqueables que quienes habitan las sombras deben respetar para conservar un mínimo de humanidad.

Baekhyun sonrió con amargura al pensar en lo que ser humanos les había hecho a él y al imbécil desagradecido que, años después de haber recibido el perdón, tenía el descaro de maquinar una venganza en contra de la organización, tan estúpida como innecesaria. Justo ahora, preguntarse cómo alguien con tan poco cerebro podía haber convencido a otros de seguirle en una guerra destinada al fracaso, no era importante. Lo que él ganaría, la oportunidad que un movimiento mal calculado le concedía... eso, en cambio, sí que lo era.

Empujando la puerta del final del pasillo, todavía con aquel molesto niño pisándole los talones, hizo que las personas en la oficina se volvieran todas a mirarlo al aparecer de súbito, pero mientras que unos le observaban como si se hubiera vuelto loco o le hubiera crecido una tercera cabeza, el jefe del lugar pasó de la molestia a la diversión en cuestión de segundos y la sonrisa en sus labios se ensanchĺ cuan larga era cuando el líder de la pandilla a su cargo decidió tomar el asunto entre sus manos.

—Uh, alto ahí, gatito. ¿Sabes acaso dónde acabas de venir a meterte? —preguntó Namjoon, plantado frente a él para cerrarle el paso e impedir que se acercara un metro más a la mesa sobre la cual habían tendido los planos necesarios para el ataque que su jefe planeaba, en cuanto le dieran luz verde para continuar con la misión.

Baekhyun echó el cuello hacia atrás, la imponente altura del otro restregándole en las narices lo poco que la naturaleza le había favorecido en ese sentido. Comprendía su reacción al verlo, podía apostar la clase de pensamientos que atravesaban su cabeza en esos momentos, apenas se había fijado en su aspecto desde que salió de la mansión con rumbo al aeropuerto, pero en las cosas buenas que la genética le había dejado, se hallaba esa facilidad para lucir como un maldito modelo de revista sin siquiera esforzarse para conseguirlo.

Jugando con fuego [ChanBaek] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora