Capítulo 7

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Sabía que no lo lograrían, pero pisar el freno estando tan cerca habría sido peor que girar el volante y asumir las consecuencias de arrojarse al precipicio, aunque los hierbajos hacían un buen trabajo disimulando el terreno irregular y el casi inexistente río que corría por debajo del puente, no así impidiendo que las llantas se deslizaran hasta que el carro terminó atrapado entre un montón de piedras y basura que flotaba en el agua. Chanyeol maldijo a su suerte cuando todo terminó, sentía el cuerpo engarrotado después del impacto, aunque nada dolía tanto como haber arruinado un precioso auto por culpa de un maldito imbécil.

No era lo único precioso que había resultado herido, pero a diferencia del vehículo que no podía quejarse por haber terminado vuelto una pila de chatarra, Baekhyun gimió al moverse y sentir como si el puente entero le hubiera caído encima. Se había quitado el cinturón para disparar al enemigo y al caer, sostenerse para no salir volando por el parabrisas no había sido posible sin obtener algunos golpes y en el proceso, drenar toda energía que aun quedara en su sistema. La culpa era suya, por haber permitido que las emociones le nublaran el juicio y no detenerse a contemplar cualquier fallo en el plan de su compañero.

El aire fuera del auto era una mezcla de humedad, podredumbre y fetidez que parecía intensificarse con cada minuto que pasaba. Chanyeol inhaló hondo haciendo un esfuerzo por tolerarlo lo mejor posible e ignorar las náuseas que le provocaba estar en ese lugar. Debía sacar a Baekhyun y luego escalar juntos al otro lado del puente, era noche cerrada y a juzgar por el número de carros que vieron durante la carrera no tendrían compañía pronto, de modo que su única opción sería encontrar una gasera, quizás una tienda o un hotel de paso para descansar, atender sus posibles heridas y pensar en lo siguiente que harían.

—Ay, eso duele, gigante —gruñó Baekhyun, cuando el pelirrojo se inclinó para ayudarlo a salir y tiró con fuerza de su cuerpo.

—Si esto te hizo quejar, vas a llorar con lo que haré ahora —le advirtió Chanyeol.

No le dio tiempo a reaccionar y como pudo, lo echó sobre su espalda para largarse de una vez por todas de ahí, Baekhyun habría protestado de no haber estado ocupado conteniendo la respiración y abrazándose al cuello del pelirrojo para no caer mientras el otro cruzaba a zancadas el agua que le llegaba a las rodillas y recorría como podía el horrible terreno en que habían ido a caer. Incluso si dolía, el pelinegro no se volvió a quejar, consciente de que la peor parte de todo eso se la estaba llevando Chanyeol.

Una hora después, aunque ninguno de los dos estaba seguro del tiempo que les había tomado salir del precipicio, la carretera vacía y apenas iluminada se extendía como el lomo de un dragón frente a sus ojos. Baekhyun creía poder caminar por sí solo, pero sin importar lo mucho que hablara, el pelirrojo había escuchado sus quejidos mientras subían a tierra alta y estaba seguro de que la costilla lastimada no lo dejaría andar durante mucho rato antes de que el pelinegro colapsara.

—Lo siento —murmuró Baekhyun, la siguiente vez que Chanyeol se detuvo a orillas del camino para descansar las piernas, recuperar el aliento y asegurarse de que los brazos todavía se mantenían pegados a su cuerpo.

—¿Por qué? —preguntó de vuelta— No es que haya muchas razones, pero quiero estar seguro de que son las mismas para ambos.

—Bueno, para empezar, lamento ser de buen diente. Claro que soy más músculo que grasa, aunque sea pequeño y delgado, pero la cantidad de pizza que consumo tiene mucho que ver con ser esta masa durita y pesada que llevas sobre la espalda.

Chanyeol rio, divertido por sus palabras.

—Vale, tu cuerpo definitivamente es una razón para disculparte. No debiste dejar que te lastimaran, no sabes lo mucho que odio verte y escucharte siendo una masa abollada y llorona. ¿Qué más?

Jugando con fuego [ChanBaek] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora