Los rayos de sol se colaban por la ventana de la habitación de Childe en el Banco del Reino del Norte de Liyue. "Hm", murmuró enfurruñado y se giró sobre la cama para evitar que la luz le deslumbrase. Estos rayos anunciaban el inicio del nuevo día pero Childe no quería aceptarlo. Unos minutos más tampoco afectarían el orden del día.
Llevaba un poco más de 3 meses con tareas administrativas, lo cual era lo que menos disfrutaba. Al estar destinado en Liyue, se tenía que encargar de la División de Recolección de Deuda. Sinceramente, no había trabajado duro en su formación dentro de los Fatui para estar sentado en una silla leyendo reportes y firmando órdenes de detención. Él pensó que convertirse en un Harbinger sólo consistiría en batallas con oponentes fuertes y, resultó que tenía que ir él a buscar batallas con Hilichurls en sus ratos libres para mantenerse activo. Qué chasco. Pero por orgullo, Childe era excepcionalmente fiable a la hora de cumplir las tareas que se le encomendaban, sin importar lo fáciles o difíciles que fueran o si iban en contra de sus valores.
Se empezaba a escuchar movimiento en las habitaciones contiguas. Childe estaba despierto pero seguía tirado en la cama con los ojos cerrados. "Al fin y al cabo es mi deber", pensó. Se incorporó y miró por las rejas de las ventanas. La vida ya llenaba cada rincón de las calles de Liyue, los mercaderos ya tenían abiertos sus puestos y los ciudadanos acudían a comprar. Childe se levantó de la cama, se fue a la ducha y se vistió con su uniforme de Snezhnaya.
Antes de salir de su habitación se aseguró de llevar todas sus armas con él. Aunque no necesitase enfrentarse a nadie - en teoría -, siempre, siempre tenía que llevar con él todas y cada una de ellas. Había aprendido de su experiencia en el Abismo que siempre hay que estar en guardia.
"Buenos días, Tartaglia", saludó Ekaterina en cuanto le vio salir por la puerta. No pudo evitar fijarse en su pelo despeinado.
"Buenos días, Ekaterina", Childe le devolvió el saludo con una sonrisa. "¿Ya has desayunado?"
"Sí, Señor. He cogido café para llevar y así estar de guardia en el mostrador. Estoy pendiente de que venga un cliente para una financiación."
"Siempre tan eficiente, Ekaterina. Gracias. Supongo que os tendré que convocar para un desayuno de equipo con antelación."
"No es necesario, Señor", respondió Ekaterina con sonrojo.
"Hace mucho que no nos juntamos todos", le dijo Childe alegre.
Childe siempre era considerado con sus compañeros, estaban encantados de trabajar con él, al contrario de su reputación entre los Harbinger. Ellos nunca habían tenido ningún problema con Tartaglia, eso no quitaba que no estuviesen siempre alerta a sus cambios de humor. Tartaglia era el mejor superior, sin duda, pero no sabía resolver los conflictos de otra forma que no fuese una batalla. A veces, insistía tanto que parecía un niño pequeño, por eso le llaman Childe entre los cargos más altos de los Fatui y no le tomaban muy en serio. Pero Childe pensaba que algún día, cuando dominase el mundo, se tendrán que callar la boca y obedecer sus órdenes de niñato.
A Ekaterina hasta le daba un poco de pena, le veía tan joven y tan entregado a su trabajo, cuando tendría que estar pasando tiempo con sus amigos y familiares. Claro, que difícil de pasar tiempo con la familia estando en la otra parte del mundo y, en cuanto a amigos... podía considerar que sólo tenía uno, Zhongli, el consultor de la Funeraria El Camino. Ser el 11º Harbinger tampoco le ayudaba a hacer amigos dentro de Liyue a pesar de que, al contrario de sus compañeros, él disfrutaba de salidas culturales en el lugar. De todas formas para él era suficiente, quedaba bastante para desconectar con Zhongli, bien para comer como para tomar unas bebidas y le parecía una persona de lo más interesante, literal que sabía de todo. Además, siempre le escuchaba y se tomaba en serio lo que decía.
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Divinidad en lo mortal | Childe x Zhongli
FanfictionZhongli decide planear el final de Rex Lapis para pasar el mando de la orden de la nación a la humanidad, especialmente a Las Siete Estrellas de Liyue Qixing. Para ello, decide entregar la Gnosis a la Arconte Cryo de Snezhnaya, también conocida como...