Capitulo X.

35 2 0
                                    

La química entre Gabriel y Dylan durante aquel desayuno en casa de Gabriel fue innegable, con el paso de los días noté a Cesare muy insoportable respecto al tema. Yo me sentí resignada a que ese tipo que detestaba mucho me había dado varias lecciones, en primera a dejar de ser despota y en segunda a identificar mi burdo comportamiento ocasionado por mis emociones respecto a Cesare.

—Pero Dylan no está marcado como yo —me dijo Cesare en ánimos de ganarse en la propia comparación que se hacían con Dylan. Sus celos eran insólitos, nunca se había puesto así por mí. Quizás era porque yo soy quien se ponía de ese modo en nuestra relación de amistad. Me rasqué el cuello incomodada por la constante verborrea que sacaba despreciando a Dylan. Así me ponía yo y viéndolo desde otra perspectiva no me gustaba verme reflejada de esa manera. <<¿Qué te hice?>> me pregunté.

—Sí güey tú estás más mamado —Expresé sin ánimos de continuar esa comparación que había tomado minutos.— ¿A que hora llega el güey con el que vas a grabar?

—Llega como en quince minutos —me dijo, aún podía vislumbrar la molestia en sus ojos. Definitivamente estaba prendado de Gabriel. Y por ello no podía decirle a donde me dirigía esa tarde mientras él grababa uno de sus inimitables videos con un tipo de la universidad, quien siendo un gran seguidor de Cesare había conseguido que este lo aceptara para coger y grabar.

Agarré las llaves de mi auto que se encontraban en la mesa y decidida a despedirme con un beso en los labios me acerqué a Cesare quien no se percató de mi intento de despedida por acomodar sus luces. Me sentí avergonzada, desde que lo conocía Cesare solo guardaba su boca para una sola persona y solía ser yo. Le sonreí y añadí <<bye>>.

—¿Y tú que vas a hacer? —Preguntó más por compromiso que por querer saberlo. Podía decirle muchas cosas para evitar decirle que vería a Dylan, pero no podía mentirle a él y menos sabiendo que si se enteraba que le mentía sentiría peor. Y no quería causarle ese dolor.

—Quedé con Dylan para vernos un rato. —Dejó de acomodar lo que estaba haciendo y me miró fingiendo que no le molestaba.

—Que bien. —Se limitó a decir.

—Sí. —Añadí. Camine a la puerta y antes de que pudiera abrirlas me detuvo.

—Oye, crees que podrías preguntarle ¿que hay entre él y Gabriel? —Me preguntó, decepcionada de lo que había dicho para despedirme le asentí sonriendo para ocultar mi dolor ante su indiferencia. Me quería pero no me quería de la forma en que a Gabriel y lo aceptaba.

Dylan pintaba en su tiempo libre y constantemente se presentaba en exposiciones independientes, aquella tarde lo acompañé a una en la que tuvo lugar en un edificio del centro y que le proporcionó una excelente venta comparada a las que estaba acostumbrado. Al finalizar nos sentamos en la azotea del edificio, viendo el cielo y la arquitectura que declaraba cada rincón en la parte inferior.

—¿Puedo preguntarte algo? —Le externé, quise añadir que no debía sentirse obligado a responder si no quería hacerlo pero no pude.

—Lo que sea.

—¿Hubo algo más que acostones con Gabriel?

—Sí, con el comencé mi vida sexual... él es importante para mí. —Escuche el silencio provocado por mi ineptitud al preguntar eso.

—Mi primera vez fue en los baños de un cine cuando todavía seguía en México con chavó que se llamaba Erick. —Le conté para no sentirme mal por mi intromisión en su vida privada y fui honesta.— No fue especial, sigo arrepentida, viendo en retrospectiva no me sentí cómoda, fue más el ímpetu por mantenerlo contento que de verdad querer hacerlo lo que me impulsó a hacerlo. Fui una estupida, el era dos años mayor y ni siquiera nos hablábamos mucho en la prepa, mucho menos después de lo qué pasó. —Miré todos los edificios y suspiré saboreando el vacío que me dejaba aquella situación, podía recordar el dolor físico que sentí y aún más el emocional al recordarme con la mirada fija al suelo sin hacer expresión alguna mientras hacía lo que se supone tenía que disfrutar.—Habíamos tenido una primera "cita" y termino en eso porqué me gustaba mucho, pero después como que ya no me gustó.

Dylan me miró avergonzado por no saber que responder ante mi historial sexual. Sentía tristeza causada por la empatía, podía verlo en su tierno rostro. <<¿Y tú?>> finalmente le pregunté para matar aquella desesperación que atisbé en su comportamiento por no saber que decirme.

—Fue con Gabriel —Al escucharlo nuevamente sentí como si me clavaran una estaca en el corazón una y otra vez, me dolió, pero la forma en que lo contó con pena y la ternura que su rostro escondía en sus hombros encogidos que me miraban con destellos en sus ojos, no pude sentir celos, ni odio a Gabriel. Solo podía sentir calidez por su felicidad al recordar lo que fue su primera vez, calidez por entender la razón de donde parrilla aquella química que externaban los dos. <<¿Ah sí?>> Le pregunté dedicándole una sonrisa pícara —Sí. Lo preparamos todo y fue muy especial, para los dos. Estuvimos juntos por cinco años, y gente a la que se lo cuento atribuye que no es que yo lo quisiera sino que desarrollamos dependencia uno al otro porque crecimos amándonos. Teníamos catorce y terminamos a los diecinueve.

—¿Todavía lo quieres? —Le pregunté sabiendo anticipadamente la respuesta. No sabía que decirle, no era psicóloga para saber si estaba en lo correcto al decir que era dependencia. Él asintió. —Parece que te sigue queriendo.

—Seguro es el estima de los viejos años. Parece que le gusta mucho Cesare.

—Créeme que la forma en que se le prenden los ojos cuando te ve no se compara nada a cuando ve a Cesare. ¿No han pensado en intentar el poli amor?

—No, nunca lo he pensado y no sé si el quisiera regresar a estar juntos.

—Pues si regresan podrían intentarlo.

—¿Tu lo has intentado? —Preguntó sorprendido.

—Sí —Respondí frunciendo las cejas.— Pero no me llenó, todavía no estoy lista para llegar a ese nivel. Toda esta situación de tú, Cesare y Gabriel, me hizo darme cuenta de que tengo que buscar en mi deficiencias y proveerme las a mi misma porque nada me llena y considero que el problema tiene algo que ver conmigo —Respondí ahogando la última sílaba en una risa de vergüenza.

—Me es fácil hablar contigo. —Me dijo con gentileza. Si mi yo de unos meses atrás hubiera escuchado eso lo hubiera mal interpretado como una insinuación de que le gustaba, pero lo tomé como lo que era, un agradecimiento por ser alguien confiable. Dejar de interpretar las palabras me había costado mucho tiempo.

—Que bien, porque a mi no me es fácil hablar conmigo —bromeé.

—¿Y cómo te sientes por acédate y Gabriel? —Me preguntó, apenada por responder le cuestione lo mismo esperando a que no me respondiera por la incomodidad de la pregunta pero sí lo hizo. —Que quiero regresar con Gabriel. ¿Y tú que sientes?

—Celos, incertidumbre, feo... Siento feo pero es más porque espero mucho de él. Espero que cubra todos mis huecos pero eso es lo malo, porque le estoy poniendo mucha carga al esperar que resuelva todos mis problemas cuando lo que necesita es alguien estable que comparta un camino con él y alguien a quien reparar y cargar.

—Profundo. —Comento al escucharme.

—Estoy toda rota y lo estoy echando a perder. Él no es como ha estado actuando estas semanas.

 Él no es como ha estado actuando estas semanas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

CONTINUARÁ...

ONLY FANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora