Capítulo I.

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Mi nombre, es Cesare Valeska, todo comenzó aquella noche de verano en la que junto a Mara Gutiérrez, mi mejor amiga, cuando creamos mi Only fans, seguramente se preguntarán el motivo por el cual me llevó a crear una cuenta allí. 

Pues, la verdad es que no por vivir en Buenos Aires,  Argentina, es como  si un joven adulto lo tuviera todo resuelto, mi sueño era ir a la universidad de Columbia y especializarme como bioquímico, pero para lograrlo, necesitaba el dinero.

Es así, como todo surgió, un clic y quedaba solamente esperar a que aparecieran las personas de interés en la pagina, Mera, fue mi consejera  en todo, que fotos subir o videos, para obtener a la mayor cantidad de seguidores.


 —¿Tú crees que de resultado? —le preguntaba a mi amiga.


 —Estoy totalmente segura.—afirmaba con seguridad. 


 —De acuerdo, te haré caso. —inquirí haciendo una media sonrisa. 


No fue al cabo de una semana que comenzamos a notar una enorme numerosidad de visitantes a mi cuenta, pidiendo fotos cada vez más hot y calientes, sin duda lo hicimos, Mera, me ayudaba a tomarlas en muchos casos o ambientar el espacio. 

Fue así que al llegar a la semana y media, contábamos con un aproximado de cien mil fans en la plataforma, el dinero para la inscripción a la universidad de Columbia se estaba reuniendo de una manera rápida e increíble. 


 — Sin duda te ves increíble en esos Calvin Clein.—pronunció Mera sin darse cuenta.


—Y tu sin ropa te verías mejor aún.—no sé que era lo que pensaba, pero la media  noche, nos había vuelto salvajes.


Comencé a acercarme a Mera delicadamente, comencé besando su cuello, ese aroma dulce y a su vez, travieso. Ambos una vez, estando en ropa interior, nos dirigimos entre besos lleno de fuego ardiente al sommier de mi habitación.

Mientras  acariciaba su rostro, bajé con un mano por todo su abdomen hasta llegar al pubis que protegía a su cavidad vaginal, a lo que mojé  con mi saliva el dedo índice y medio, para introducirlos en la vagina de mi amiga, mientras le hacia una leve presión sobre el clítoris.

Se la notaba con gran placer a Mera, ya que pude oír sus primeros gemidos. Luego, de mi osadía, ella, tomó con un fuerte agarre el miembro  que  se escondía  detrás de mi ropa  interior, dejándolo al desnudo, tal y como todo mi torso, al mismo, lo comenzó a succionar de modo que ahora quién no podía resistir los suspiros era yo.  

Comenzaba a sentir como nuestros cuerpos quemaban y claro que lo estaban, los veranos en este país eran calurosos, pero sin duda el clima no era el que estaba generando este extasis, Mera, encima de mi miembro, juraba que no podría resistir ni un solo minuto más, una corriente de sudor, y testosterona fluían sin correa dentro de mi.

Los movimientos de Mera, sin duda eran deseables por cualquier hombre, mientras el acto sexual ocurría intentaba entender como podíamos arruinar todos estos años de amistad, pero los adolescentes crecen y uno comienza a ver a los pares de manera diferente, quizás, Mera, me veía distinto hace mucho y  su ayuda con el only fans fue solo una excusa para acabar conmigo. 


—Te ves encantador cuando piensas.—formuló sacándome de mis pensamientos.


—Esto lo será todavía más.—dije, mientras cambiábamos de posiciones, ella quedando debajo mío.


Mera no podía quitarme los ojos de encima, al parecer no era el único que no creía lo que ocurría entre nosotros. Sus manos abrazaban mis glúteos que con fuerza hacían que la penetración causaran ligeras sensaciones electrizantes que ambos podíamos sentir.

Los gemidos no paraban, mis pectorales traspiraban tanto que no recordaba sudar así desde mis visitas al gym, pero lo que se sentía era tan incontrolable que de ser así nuestra oxitocina debería estar a niveles estratosféricos, nuestros besos, parecían comenzar a tener un sabor fresa, pero solo era mi imaginación.

O no lo era, Mera, se desenvolvía de una manera tan impresionante, que había mordido mi labio inferior con una fuerza descomunal dejando marcado sus dientes delanteros por dentro del bermellón labial en mi boca. Esa era aquella sensación de sabor agri-dulce y a su vez tan caliente que solo ella sabía dar. 

Llegó finalmente el momento del coito, lo cual retiré mi miembro dentro de ella, ocasionando que todo mi semen acabara encima de su cuerpo, pero no parecía importarle, al contrarió, eso le había causado un gran nivel de excitación que casi de manera instantánea ella también había acabado. 

Aún así, ella siguió acercándose a mi. Lamiendo lo que escurría del miembro que todavía seguía erecto, a lo que pidió se lo introdujera por su recto como ultima sensación de placer en aquella noche que parecía ser menos larga.

De tal modo que complací sus deseos, mientras acariciaba su espalda y su columna bien marcada por ser una chica delgada, pero con increíbles formas de saber complacer a un chico. Parecía invadirnos el cansancio, las hormonas volvían a ponerse en su lugar y el sueño nos alcanzó que sin darnos cuenta quedamos completamente dormidos.

La noche o lo que quedaba de ella transcurrió como un flash, pero no era de extrañarse ya que en el verano de Argentina, sus noches suelen ser más cortas que los días en general. El móvil sonaba como si fuera el fin del mundo, las notificaciones del only fans estallaban y tenia mil llamadas de mi madre, pero claro que ahora no pensaba marcarle.

En primer lugar, me levantaría a darme una buena ducha de agua caliente mientras, Mera,  seguía descansando, luego del baño, bajé al primer piso para preparar algo de desayuno al estilo americano, huevos revueltos, tocino cocido y jugo de naranja exprimido para comenzar una mañana cargada de energía. 

Se preguntarás de quién es el departamento del que les he hablado, pues fue un regalo de mi padre al cumplir los 18 años de edad, pero me dijo que desde aquel momento debía ganarme la vida por mi propia cuenta, así que me las he arreglado desde entonces prácticamente solo, hasta que conocí por las calles de  Buenos Aires a mi mejor amiga Mera Gutiérrez.

Ella, fue para mí un gran respaldo y apoyo emocional, pero jamás se me había insinuado y tampoco se me hubiera ocurrido terminar teniendo sexo con alguien tan importante para mí cómo su amistad. Pero, no sé como se siento ahora, creo que fue un momento muy bonito, aunque debería dejar en claro  que lo de anoche no se debe volver a repetir.

Así, fue como decididamente tomé la bandeja del desayuno y comencé a subir por las escaleras para despertar a Mera y que pudiéramos hablar de lo sucedido, sin embargo los planes tomaría un cambio rotundo al que estaban en mis pensamientos.

Así, fue como decididamente tomé la bandeja del desayuno y comencé a subir por las escaleras para despertar a Mera y que pudiéramos hablar de lo sucedido, sin embargo los planes tomaría un cambio rotundo al que estaban en mis pensamientos

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CONTINUARÁ...



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