Quebrarme es una opción contigo... Siempre
Samira
Me mantuve mirando por unos minutos hacia el techo y la energía que transmito en estos momentos es muy poca siento un pesor y alboroto en todo mis pensamientos, siendo fin de semana causo ese impacto en mí persona, mi alarma sonó hace unos minutos y sigo acostada.
Después de la caída que recibí el otro día en la escuela me quedo un moretón en mi muslo que he escondido perfectamente de las dos veces que he utilizado shorts. Dejar a Adriel con las palabras en la boca fue mi opción en ese instante después de sentir vergüenza por lo sucedido, al final de las clases no pude verlo para disculparme.
Tengo que levantarme de la cama y mi panza ruje de hambre hoy volvería a quedarme en pijama era cómodo y el frío se asemejaba en la casa. Acomode la cama, abrí las cortinas y fui al baño a lavarme los dientes.
Acerque mi cuerpo con todas las ganas a mi tocador —Deja tu sarcasmo Samira— tome mi cepillo para peinarme y pase la plancha a mi cabello.
Di un suspiro y empecé a bajar las escaleras se escuchaban voces que venían de la sala al girarme para ir directo al lugar me quedé pasmada sin decir nada al ver las siluetas que se encontraban justo sentadas en el sofá a excepción de mi hermano que no se encontraba en estos días.
—Cariño buenos días— mencionó mi abuelo.
—Buenos días— dije con el poco aliento que me quedaba para contestar. Camine para acercarme más al sitio.
—Llegó tu amigo a invitarte a salir el día de hoy— indicó mi abuela señalando a Adriel.
—Gracias por el detalle, pero hoy no me siento con ánimos para salir— farfulle.
—Cariño deberías salir un rato la mayoría del tiempo estás encerrada y pocas veces has salido.
Quería salir con Adriel, pero hoy mis ánimos no me ayudaban para nada, en cambio quizá el salir con él posiblemente me haría sentir mejor.
Me quedé en duda por unos minutos y cruce la mirada con Adriel haciendo un gesto tierno pero que me trataba de dar entender que si no quería ir no había ningún problema.
—Está bien— pronuncie —Solo denme diez minutos para cambiarme de ropa.
Gire mi cuerpo para volver a subir las escaleras al llegar a mi habitación me tiré sobre la cama haciendo un gesto de disgusto. Me levanté y busque en mi armario una falda blanca y una blusa de cuello color rosa pastel me puse medias y el atuendo por encima coloqué mis zapatos tome mi celular y baje.
—Estoy lista, nos vamos antes de que cambie de parecer— señale.
—Claro— musitó Adriel escanéandome de pies a cabeza.
—Con mucho cuidado. Y Samira no llegues tan tarde— dijo mi abuela mientras nos abría la puerta.
—Uhm no abuela.
—Prometo que la cuidare como mi vida— dijo Adriel en un aludido y mi abuela le dio una sonrisa asintiendo.
Adriel y yo salimos de la casa y note que un auto se encontraba estacionado al frente supuse que podría ser de alguna visita de casa de los vecinos, hasta que Adriel sacó las llaves y me abrió la puerta del copiloto —Sera suyo— exclamé confusa subiendo al auto.
—Si minone es mío— acaso pensé en voz alta.
—¿Desde cuando manejas?.
—Desde que obtuve mi licencia para conducir— señaló sacando su licencia y mostrándomela.
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Porque quiero tocar aquel atardecer
Fiksi Remaja"Como si ambos seres fueran el uno para el otro en un candilazo inefable. Uno el atardecer y el otro su complemento que hace que brillen juntos dando una irradiación única" Adriel y Samira crearon algo compartido en sus corazones, tratando de ser un...