𝑷𝒓𝒊𝒎𝒆𝒓 𝒅í𝒂 𝒑𝒂𝒓𝒕𝒆 𝟷

21 2 2
                                    

Al abrir los ojos lo primero que vi fue a Jean revisando su celular, no estaba más que siendo ocioso, dios, ¿Qué hora es ya?

—Al fin despertaste, preciosa, buenos días.—Dijo mientras depositaba su celular en la mesita de noche que estaba junto a su cama para luego girar a mirarme.

—Buenos días Jean, ¿Qué tal dormiste con acompañante esta noche?—Le respondí con un tono sarcástico.

—No puedo negar que me gustó la experiencia, a pesar de que mi acompañante no paraba de quitarme las sábanas.—Empezó a burlarse de mi mientras iba poco a poco acercándose.

—Pues no es mi culpa, hacía frío.

—¿Y porqué no dijiste nada? Eso tenía fácil solución.

—¿Cómo cual?—pregunté expectante de lo que sería la respuesta.

Jean dirigió sus brazos hacía mi cuerpo y los envolvió en el, creando un cálido abrazo. Estábamos tan cerca, mi cabeza quedó a la altura de su cuello y podía sentir su calidez y aroma que naturalmente me fascinaba.

—Pero esto no hubiera sido suficiente.—Le dije mientras alzaba la mirada para poder hacer contacto visual con el.

—¿Qué otra cosa hubieras necesitado?

—Esto—respondí mientras me acercaba dudosa por si esto era una buena idea o no, pero finalmente desistí a mis dudas ya que las ganas eran mayores que el miedo.

Y así terminamos en un beso muy apasionado, empezamos siento muy gentiles, hasta tiernos, pero conforme seguíamos el beso iba tomando más rapidez y sentimientos. Podía escuchar como la respiración de Jean se iba agitando y se ponía cada vez más densa, eso me motivaba a seguir.

—No, espera, no sigamos.—Interrumpió Jean mientras se alejaba unos centímetros lentamente.—No pienses que no me gustó, pero, ¿No querrás llegar tarde a tu primer día de universidad, preciosa?

—La verdad me da igual, no creo que unos besos nos atrasen mucho.—Respondí mientras mordía levemente mi labio inferior.

—Hagamos algo, continuaremos esto otro día pero en un lugar más especial, no en mi cama, o al menos no por ahora.

—Como usted diga, señor romántico.—Tomé mi teléfono para ver la hora y me percaté que era un poco tarde.— Estamos obligados a dejar esto para otro día si no queremos llegar tarde.

Luego de levantarnos nos turnamos para usar la ducha, no tardamos mucho en alistarnos para poder salir rápidamente de su casa. Corrimos hasta la parada de autobús rogando para poder tomar el transporte, y para nuestra suerte así fue.

Al llegar a la universidad, quede maravillada con el gran edificio, aunque ya lo había visto por fotos, era mucho más lindo en persona, definitivamente mudarme fue una buena opción.

—¿Quieres almorzar juntos?

—Claro, si nos concuerda el horario.

—Entonces nos veremos en el comedor.—Dijo el castaño mientras ponía su mano en mi cabeza para revolotear mi cabello a modo de despedida, luego se fue y desapareció por los enormes pasillos.


Al llegar a mi salón pude notar que no todos mis compañeros habían llegado, así que me senté en una mesa que estaba sola, ya que estas estában hechas para dos personas.
Mientras sacaba mi estuche y libreta, una mujer castaña y con anteojos entró al salón, pensé que era la maestra ya que se notaba mayor que la mayoría de los alumnos, pero resultó ser parte de nosotros ya que se sentó a mi lado.

Watercolor eyes||Jean KirschteinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora