10 | Placer

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-¿Regresar a tu casa? -El loto rojo pestañeó incrédulo, su mirada parecía buscar alguna respuesta en el rostro de Jungkook-. ¿Por qué?

Jungkook abrió la boca, pero las palabras que se formaban en su mente le parecieron inapropiadas, como si no pudieran transmitir lo que realmente sentía. Finalmente, optó por susurrar:

-Igual que antes, cuando solías venir a mi casa...

-De acuerdo -respondió Taehyung con una frialdad que contrastaba con la calidez de sus palabras.

Jungkook no esperaba una respuesta tan cortante, tan poco emocional. Observó nuevamente el rostro de Taehyung, buscando algún indicio de sus verdaderos sentimientos, pero la expresión del loto rojo era una máscara impenetrable. No podía estar seguro de si Taehyung realmente decía la verdad o si estaba jugando con él, como solía hacerlo.

-¿Entonces... estás de acuerdo? -insistió el general, su voz cargada de duda.

-¿Por qué rechazaría un negocio? -Taehyung respondió con desdén, mientras examinaba sus uñas con aparente indiferencia-. Pero, dado que el general quiere hacerlo fuera del establecimiento, el precio será más alto.

Jungkook sabía que en estas situaciones, Taehyung siempre desviaba el significado original de sus palabras, envolviéndolo todo en un enredo de ironía y desdén.

-¿Cuánta plata quieres? -preguntó, intentando sonar firme, aunque su voz temblaba ligeramente.

-Bien -Taehyung se rascó un dedo con una calma irritante-. Recientemente he duplicado el precio de mis servicios, pero considerando que eres un cliente conocido, te haré un descuento. Cuatro mil estará bien.

La mandíbula de Jungkook cayó, incapaz de ocultar su sorpresa.

-¡¿Cuatro mil?! -exclamó, incrédulo.

-Sí, cuatro mil. Mi cuerpo lo vale -respondió Taehyung con una sonrisa afilada-. ¿Es demasiado caro para el gran general Jeon?

Jungkook se quedó paralizado, sin saber cómo reaccionar. Sacudió la cabeza rápidamente, intentando aclarar sus pensamientos, y tartamudeó:

-N-No es demasiado... iré por el dinero ahora mismo.

Taehyung sonrió para sí, había lanzado esa cifra exagerada con la esperanza de que Jungkook se retirara, de que abandonara la idea. ¿Quién hubiera pensado que sería tan testarudo como para realmente buscar el dinero?

-¿Acaso se golpeó la cabeza con el marco de la puerta? -murmuró Taehyung con irritación-. ¿Cómo puede ser tan terco?

Después de que Jungkook se marchó, el loto rojo se dejó caer en el diván, tarareando la cancioncilla de los dieciocho toques. El sol de otoño era agradable, pero una brisa fría le hizo estremecerse. Pensó que las cosas se calmarían por unos días, pero para su sorpresa, Jungkook regresó esa misma tarde, sosteniendo el dinero en sus manos como si fuera un tesoro. El loto rojo se quedó helado por un instante, pero luego agarró la plata y sonrió, sin poder evitar sentirse intrigado.

Jungkook había preparado un carruaje fuera del establecimiento Jianlee, y llegaron a la Residencia del General en un tiempo récord. Sin decir palabra, Jungkook lo condujo directamente a su habitación.

-¿Quién iba a pensar que en realidad estás tan ansioso? -Taehyung lo provocó, abrazando a Jungkook por el cuello y dejándose caer sobre él. Su fragancia rica y embriagante invadió los sentidos del general, envolviéndolo en el encanto intoxicante del loto rojo. Las cejas y labios de Taehyung se movían con una sensualidad que desarmaba cualquier resistencia.

Jungkook se quedó aturdido, confundido entre la imagen del hombre que tenía frente a él y el recuerdo del niño que aún habitaba su memoria.

-Jaehyun... -susurró, casi en trance.

El loto rojo frunció el ceño, su expresión se tornó molesta mientras cubría sus labios con su dedo índice, silenciando al general.

-Te equivocaste de nuevo -dijo con un tono de reproche-. Mi nombre es Taehyung, Kim Taehyung. -Lo repitió varias veces con énfasis, como si intentara grabarlo en la mente de Jungkook, antes de abrazarlo con fuerza, guiándolo hacia la cama.

-Tú eres mi Jaehyun... -insistió Jungkook, con una determinación que Taehyung no había esperado.

-Después de tanto tiempo, aún sigues extrañando a otras personas -el loto rojo respondió, inclinándose sobre él, dejando que su cuerpo rozara el de Jungkook con una lentitud exasperante. Sus labios rozaron el pecho y el cuello del general, despertando en él un deseo casi incontrolable.

Jungkook estaba paralizado, cada músculo de su cuerpo se tensaba en un esfuerzo por resistir la tentación. Pero cuando Taehyung se sentó sobre él, dejando que su trasero redondeado se apoyara sobre su miembro, la batalla se hizo casi imposible de ganar. Con movimientos provocativos, Taehyung se frotaba contra él, dejando caer sus ropas y exponiendo su cintura y pecho con una sensualidad calculada. Luego, tomó la mano de Jungkook y la puso sobre su hombro, incitándolo a que lo acariciara.

Jungkook lo miraba fijamente, sus deseos instintivos luchaban por imponerse a la razón, cortándola como una espada que atraviesa una hoja de papel. Estaba a punto de sucumbir cuando sintió algo bajo su mano, una protuberancia en el hombro de Taehyung. Solo quedaba una cicatriz donde antes había estado la marca de nacimiento en forma de flor de loto; Taehyung se había hecho un tatuaje para cubrirla. Un dolor punzante se clavó en el pecho de Jungkook, y en un arranque de emoción, se dio la vuelta bruscamente, presionando a Taehyung debajo de él. Si no hubieran estado en la cama, el loto rojo podría haberse lastimado.

Taehyung pestañeó, sorprendido por la reacción repentina de Jungkook.

-Has pagado las cuatro mil monedas, puedes hacer lo que quieras -dijo con voz suave, pero había una nota de tristeza en sus palabras.

Jungkook tragó con dificultad, sus ojos se encontraron con los de Taehyung, pero en lugar de deseo, solo había preocupación en su mirada. Con delicadeza, levantó las ropas de Taehyung, cubriendo su cuerpo expuesto.

-Taehyung, ya no tienes que venderte de esta forma -susurró, su voz era baja y quebrada, como si cada palabra le costara un esfuerzo inmenso. Lo abrazó con fuerza, como si quisiera protegerlo de todo el dolor que había sufrido.

Por un momento, los ojos de Taehyung se desenfocaron, como si estuviera a punto de derrumbarse. Pero rápidamente recuperó su compostura y empujó a Jungkook con brusquedad.

-Eres muy decepcionante. Si no querías hacerlo, ¿para qué gastaste tanto dinero? -preguntó, su voz cargada de frustración.

-No quiero que hagas esto...

-Ugh... Entiende, estoy en el negocio de la prostitución. ¿Acaso quieres que deje todo y me convierta en un monje?

-No es eso... Es solo que no me gusta verte haciendo esta clase de cosas...

-Si ya no quieres verme haciendo esto, ¡simplemente deja de buscarme!

[...]

Disculpen la tardanza, mis vacaciones terminaron y tuve que volver a la universidad 😭🔫, recién me dió tiempo de actualizar, pero bueee, voten y comenten, vienen más caps 😼

Loto Rojo | Kooktae (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora