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Ese mismo día en la noche, mientras tanto con Jeon.

– ¿Cómo pudiste permitir que ocurriera ésto, eh? – habló con reproche al trozo de metal, que reposaba en su mano – Félix pudo haber perdido la vida ¿Sabes? – Suspiró – más vale que a la siguiente, los protejas mejor que ahora, si a costa de eso, debo dar mi vida, lo haré, de eso no tengas duda, pero, te suplico y te ruego, que los protejas más que a mí, ellos han arriesgado sus vidas incontables veces por mí, lo menos que puedo hacer para agradecer su gratitud, es, cuidarles la espalda también, estos es manos y lo sabes, por ahora, lo importante es que Félix esté bien, luego ajustamos cuentas tú y yo – fue lo último que pronunció antes de levantarse de su cama y dejar aquella arma plateada, sobre su respectivo lugar y caja, la cual era cubierta por terciopelo negro y por fuera, era plateada igual –

Luego de hacer eso, Jeon se dirigió a la cama, dispuesto a dormir, no sin antes, pedir por última vez, que Félix se recuperara

– Sé que puedes hacerlo, sé que lograrás salvarlo, prometo que lo recompensaré, sabes que nunca te he fallado – pensó dirigiéndose a la figura colgada en su cuello –

Poco después, se quedó profundamente dormido, cayendo instantáneamente en un profundo sueño, muy confuso y raro.

– ¡Jungkook, despierta por favor! ¡Despierta amor! – se oían leves sollozos provenientes de la misma persona que había gritado –

Esa voz le resultaba familiar, sin embargo, al igual que en veces anteriores, no logró identificarla al instante, hasta después de unos minutos. Al identificarla, simple y sencillamente odiaba por completo que se tratara de la persona que más odia y aborrece en el mundo.

Claro, aparentemente.

Muchas de las veces, en esos sueños, sólo se veía a si mismo a lo lejos, tirado en el suelo, y alguien incado, tratando de hacerlo reaccionar.

Siempre se preguntó el por qué soñaba aquello, sobre todo con su peor enemigo, lo más sorprendente del caso, es que, muchas veces, en aquellos sueños, se le daba la señal de que Min, tenía exactamente esos mismos sueños. Definitivamente era un completo misterio, del cual, no veía mayor coherencia, pero que sin embargo, esperaba algún día saber a qué se debía.

Lo otro todavía más sorprendente, es que, los tenía únicamente, cuando algo pasaba y le "reclamaba" a su arma, y todo parecía indicar, que con Min, las cosas eran exactamente igual. Pero por razones obvias, ninguno se lo decía al otro, no si había una rivalidad de por medio, que ha acompañado a las mafias por tantos años, y hasta que al menos aquello no terminara, las cosas seguirán siendo así.

El futuro es bastante incierto, en esos momentos lo mejor que podían hacer, era simplemente vivir su presente e indirectamente, viendo como iba transcurriendo todo gradualmente.

Al día siguiente de tener aquellos extraños sueños, sólo se despertaban como si nada hubiese pasado, pero, eso claramente no les resultaba, pues, fuera quien fuera de sus hombres, incluso quienes eran como sus sustentos, les notaban distintos en aquella mañana. Y lógicamente, hacían una simple pregunta.

– "¿Otra vez ese sueño?"

– No sé de qué sueño me hablas, mejor ponte a hacer tus pendientes, o mínimo dame noticias sobre el seguimiento de la mercancía – eso era lo que solía responder Jeon a pesar de que no siempre fuera cierto lo de la mercancía, entiendas cómo que en el momento, no había ninguna novedad al respecto –

¿Que como se habían enterado del sueño? Ciertamente quisieran saberlo, sin embargo, como el tiempo no bastaba y para ellos había cosas más "importantes" en el instante lo dejaban pasar, todo permanecería así, por mucho más tiempo.

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Aʀᴍᴀ 6:16 [Yk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora