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Jeon Lisa, esa chica que fue resultado, de una supuesta borrachera del señor Jeon, una vez que tuvo una discusión con su esposa, cuando en realidad, al bar sólo había ido a pensar, más no a beber, y una de las camareras de ahí, lo hizo a propósito, a su conveniencia, porque el señor Jeon, estaba en su lista, como quien dice, lo engatuso a su conveniencia.

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– Te juro que me emborracharon – Mencionó harto y hasta cierto punto exasperado de estar tratando demostrar su inocencia, pero como no había suficientes pruebas y al parecer en esos momentos todo jugaba en su contra, pues se volvía más difícil de cierta manera –

– Ajá sí, claro, y yo no soy una Parkv

– Algún día, algún día descubrirás y sabrás la verdad, sólo espero, no sea cuando  yo ya esté muerto – ya rendido, fue lo último que mencionó señalando con su índice, para después salir de
ahí –

Cuando todo juega en tu contra, más de alguno, honestamente, cuestionaría más de lo que habría hecho en toda su vida hasta ese momento.

💥

– Desparece del mapa, no sé, vete lejos y dame a Lisa, sabes que es peligroso si se queda contigo

– ¡¿Qué?! Claro que no dejaré a mi hija!

– ¡Vamos!

– suspiró – ¿Qué es lo que quieres a cambio para no llevarla contigo?

– Pareció cuestionarlo unos segundos, sonriendo cínica – Bueno, sabes qué, de hecho nada, al final de cuentas, conseguí lo que quería, llévatela.

– Desgraciada, estás demente – escupió con furia y tomó a la bebé en brazos para después salir de ahí –

Ella misma había provocado todo, ¿Y ahora sólo se sacudía las manos como si nada? Vaya perra.

– Y a mucha honra inútil – gritó con burla antes del otro salir de ahí –

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– Trae a mi hermana, Jeon Lisa

– Claro Jeon, enseguida – hizo una reverencia y fue a hacer lo solicitado –

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– Hola hermanito, tanto tiempo

– Hola Lis

– Dime, ¿Qué necesitas esta vez?

– Necesito de tu ayuda con algo

– ¿Con?

– El gato negro nos tiene en la mira, sobre todo, a mí

– Carajo – susurró – Otra vez ese idiota... Sí claro, cuenta conmigo

– Gracias peque – tomó la mano de su hermana dando un leve apretón –

– No hay de qué, sabes que te debo muchas – sonrió leve – además, me gusta ayudarte aún así

– Sonrió de igual forma – Para que sea un poco más justo, ¿Te parece un aumento de sueldo?

– Sí, está bien, pero que quede claro, que sólo lo hago por ayudarte

– Claro que sí Red Beast

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Años atrás, la chica en aquel entonces, tenía catorce años y su hermano mayor, diez y seis.

Aʀᴍᴀ 6:16 [Yk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora