9: Odisea [+18]

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Dos cosas importantes: lean este capítulo SOLOS, y escuchen Odisea de Karol G y Ozuna. Esa canción es Sinaxer totalmente.

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Sinaí

Llego a casa de Sophia cuando está a punto de amanecer. Tengo mi propia llave así que entro intentando no despertar a nadie.

Mi plan es irme a mi habitación y quedarme en ella hasta navidad, pero una voz en la sala me detiene.

—¿Estabas con Aaron?

Él está en el sofá a mis espaldas, supuestamente inmerso en el programa que se ve en la televisión encendida, pero en definitiva se está refiriendo a mí.

—Ese no es tu maldito problema. Concéntrate en Sophie —espeto y hago ademán de seguir mi camino.

—¿Entonces sí estabas con él?

¿Y este es sordo o qué mierda?

—Sí, estaba con él —respondo simplemente porque quiero que lo sepa, que tenga claro que mi oxígeno no depende de su misericordia rusa.

—¿Estás saliendo con él?

Una risa agria y fugaz escapa de mis labios sin que lo pueda evitar.

—Todo lo que una persona puede estar «saliendo» con Aaron Jesper.

—¿Eso es un sí?

—¿Por qué mierda te importa?

Él gira su cara para mirarme por encima del respaldo del sofá.

—Estás aquí, Nazareth, en la isla a la que me mudé. Estás aquí porque me obligaste a traerte. Y estás aquí, como asistente de la persona con la que trabajo. —Sus palabras, aunque intenta evitarlo, dejan un rastro de amargura que se eleva mientras más cosas dice—. Tú has hecho de tu existencia mi problema al inmiscuirte de esta manera.

—Oh, por eso no te preocupes más. Mañana me voy. De aquí y de la maldita isla.

Eso lo toma por sorpresa a un punto en que no puede evitar que su rostro lo delate.

—Que tú... ¿Qué?

—Sí. Y te devolveré todo, también. No tiene sentido todo esto, pensé que en algún momento tendríamos oportunidad para hablar y arreglar las cosas pero claramente eso no va a pasar nunca. Y yo no quiero tu dinero. Jamás lo quise. Te pediré que firmes un acuerdo para que no puedas dejar de pagar el alquiler de la villa de mi madre por al menos un año, pero es todo. Y también es negociable. Al final cederé a todo con tal de acabar esta maldita pesadilla.

Entonces ya no gira solo su rostro, sino su cuerpo, y me escruta con una expresión fuera de sí. Tengo al genio en un desconcierto insólito.

—Espera... ¿Dónde vas a vivir tú?

—Aquí no.

—Te pregunté dónde, Nazareth, no dónde no. Responde.

Rio por lo bajo, pero de todos modos le contesto.

—En Malcom, Axer. Lo suficientemente lejos de tu preciada existencia.

Sus ojos se muestran sorprendidos y horrorizados, no tarda en llegar esa amargura a su boca al preguntar:

—¿Con Aaron?

—¿Acaso importa?

—No jodas, Nazareth, contesta.

Arqueo una ceja apenas lo escucho.

—No tengo que responder —digo al borde de una carcajada. Él en serio parece creer que puede exigirme y eso, entre todo lo irónico que ha pasado estos días, me parece un chiste.

Nerd 3: rey del tablero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora