3: Hoy lo siento

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Escuchen Hoy lo siento de Zion y Lennox feat TonyDize. Sí, llevamos una playlist muy latinamente corta venas xD

Sinaí

—Sí, mamá, todo bien por aquí —le digo al teléfono—. Axer ya se fue a la universidad, yo lo estoy esperando en el hotel.

—No me has mandado ni una foto con él, voy a empezar a pensar que lo asesinaste y lo estás encubriendo.

Diría que no me gusta mentirle a mi madre, pero llevo años de práctica. Como al no decirle que falté todo el primer lapso a clases, o que mi ex es un genio con un título arrechísimo y una tesis en curso. También omití el detalle del contrato y de nuestras cuestionables prácticas sexuales. De hecho, hasta le mentí con la edad de Axer. Aunque en mi defensa al principio sí creí que era su edad real.

Un engaño pequeñito y piadoso más no hará gran diferencia.

—¿Qué clase de series estás viendo, mamá? —bromeo en tono de indignación—. A Axer no le gustan las fotos, la que tenemos de Mérida es un hito. Ya te dije que él es raro.

—Por supuesto que es raro: está contigo. Voluntariamente. Pero igual extraño hacer arepas con mi yerno. ¿Cuando vuelven?

«Ay, mujer, su supieras...».

—En unos meses —le contesto—. Capaz yo voy a darte una vuelta antes, ¿okay? No creas que no sé de las visitas que recibes en mi ausencia...

Alguien está tocando la puerta, así que debo apresurarme a colgar.

—Te dejo, madre, llegó servicio a la habitación.

Cuelgo rápido para abrir la puerta y, obviamente, resulta ser ella: Sophia Shannon.

—¿Necesitas algo? —le pregunto, pues ya terminé con todo lo que tenía pendiente esta tarde.

—Solo pasaba para preguntarte cómo sigues. En serio me siento muy apenada por lo de ayer y...

—No tienes que estar apenada por el simple hecho de que tú no hiciste nada —corto de inmediato—. El apenado debería ser él.

Justo se escucha sonar el timbre y, como es mi trabajo, apenas y le pido un espacio a Sophie para ir a abrir la puerta.

Y es él. Porque dada mi suerte no podría ser de otro modo.

No está menos perfecto que ayer, ni lo estará mañana, pero no me importa. Solo quiero golpearlo. Me parece humillante incluso tener que darle la cara, así que limito el contacto visual y me hago a un lado para ir a buscar a Sophie y avisarle que tiene visita.

—No hace falta que la llames —escucho que dice él. Su voz, su acento... El tiempo no pasó, se congeló esperando por mí, para lastimarme al recordar mi pérdida.

Me volteo y le doy la cara con una mirada inquisitiva, esperando que se explique. Pero él solo está ahí, tan frío como estuvo en el marco de la puerta de su habitación hace un año. No soporto esto.

—Si tienes algo que decir, deberías empezar. No se hará más fácil conforme esperas —digo con los brazos cruzados.

Él solo ríe. No es una risa real, solo un gesto amargo que dura apenas un segundo, casi un bufido. Pero lo trastorna todo, porque lo hace ver más sexy que nunca, aunque sé que se está burlando de mí. Pone en conflicto mi mente, pues aceptaría cualquier humillación mientras vuelva a reír así, pero con sus dedos alrededor de mi cuello.

—No vine a hablar contigo —dice—. No tengo absolutamente nada que decirte.

—Esas fueron demasiadas palabras para decir «absolutamente nada», ¿no?

Nerd 3: rey del tablero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora