30: No soy celoso, pero...

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Axer Frey

Axer despertó sabiendo que Sinaí había dormido en una habitación distinta, pero en su hogar. Él seguía firme en su decisión de hacer las cosas bien, y dormir al lado de Sinaí lo volvía hambriento y descuidado. No podían seguir haciendo las cosas de ese modo.

Indiferente a ese detalle, ellos estaban juntos, aunque no había un nombre para lo que tenían.

Axer sentía algo extraño en su cuerpo, en sus manos y oídos, algo casi compulsivo. Nunca había necesitado a nadie más que a sí mismo, y de pronto estaba ahí, sufriendo por no poder contener el impulso de llamarla a ella.

Le repicó varias veces al celular, y mientras lo hacía inventaba una excusa para lo que hacía. No podía solo darle los buenos días, debía encontrar un motivo de mayor peso para molestarla tan temprano y...

Nada. Era la tercera llamada que se desviaba a buzón.

Axer salió a buscarla por toda la mansión, pero Silvia le comentó que Sinaí había salido temprano por algún compromiso de trabajo.

Eso tenía sentido, ella estaría ocupada. Lo extraño era que no se despidió, ni dejó algún aviso.

Axer decidió no darle demasiada importancia. Su día prometía ser atareado y debía empezar a afrontarlo cuanto antes. No podía seguir jugando a que tenía vacaciones.

Más tarde llegó al laboratorio. Se lavó para ponerse sus guantes y bata limpia, y fue de inmediato a la zona estéril donde le avisaron que estaría ella.

Sophia lo vio y su rostro se iluminó de inmediato. Caminó hasta él y plantó los labios sobre su mejilla, tensándolo por el contacto indeseado.

—Pareces agredido —comentó ella en broma al ver su cara.

—No me acostumbro a tus saludos —comentó Axer sin siquiera considerar que debía disculparse.

—Vamos, no es tan malo. No es el contacto más íntimo que hemos tenido.

Axer no entendía por qué Sophie empezó a reír por sus propias palabras. La parte lógica de su fuero le hizo asumir que había un chiste involucrado, pero a él nada le había causado gracia.

—¿Por qué siempre tienes cara de viejo cabrón? —preguntó ella.

—Esta es mi cara de socializar, Sophie.

—Terrible cara de socializar la tuya.

Como Axer no tenía ganas de seguir por ese camino, simplemente cambió al tema que le interesaba sin siquiera inventar una excusa para ello.

—Tenemos que hablar.

—De acuerdo, asumiré que no estás siendo literal, pues ya estamos hablando, ¿no? ¿De qué quieres que hablemos?

—Es sobre mi proyecto. La exposición de mi tesis.

Sophie se quitó los lentes de seguridad descubriendo así sus ojos bien abiertos de interés.

Caminó junto a Axer a otro lugar donde hubiese menos testigos y apenas estuvieron lo bastante apartados comenzó a atar una coleta alta en sus espesos rizos castaños.

—Te escucho —dijo para animar al genio a hablar.

—No voy permitir que Sinaí colabore más con mi tesis, al menos no en la exposición. Es muy riesgoso.

—Y quieres que yo sea tu rata.

—Sophie... —Axer exhaló y acomodó los lentes en el puente de su nariz—. Si confías en mi trabajo...

Nerd 3: rey del tablero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora