18: Obediencia

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Capítulo dedicado a paulo_cash  por el comentario más ingenioso en el capítulo pasado.

A Lin Maddie por la pedazo de ilustración Sinaxer que subí hoy a mi Instagram.

Y a Grecia por el edit de Azrel y Dominik del comienzo.

Sinaí

Yo amo mi trabajo, lo juro. Pero hay días —con algunos autores más que otros— en los que me gustaría renunciar, gritar y pegarles con la RAE por la cabeza a algunos.

Hoy, por ejemplo. Llevo un total de diez horas pegada a la computadora respondiendo comentarios en Word de un autor obstinante cual diarrea a mitad de una gripe.

Y es que su manuscrito es precioso a nivel de trama y construcción de personajes. De hecho, se podría decir que soy la shipper principal de los protagonistas. A nivel comercial el producto está en auge. Es una trama hecha a base de un misterioso rompecabezas muy bien hilado, con un romance spicy a lo enemies to lovers entre una ladrona y el hombre multimillonario al que intentó robar una vez y fracasó.

El misterio del libro es sublime y la resolución impecable. En la corrección de trama apenas le recomendé a la autora algunas menciones en uno que otro capítulo para evitar un par de deus ex machina, le pedí revisar algunos párrafos que donotaban machismo extradiegético —ese que no viene de los personajes, sino del autor— y eliminar un amigo de la protagonista que no aportaba más que un conflicto innecesario que quedaba medio en el aire.

Por lo demás, el romance es solo un condimento en esta novela sin llegar a ser irrelevante pues la tensión estuvo muy bien desarrollada.

Suena a que todo va de maravilla.

Y eso pensaba. Hasta que llegó la corrección de estilo.

Esta autora es de esas que tienen excelentes ideas pero una redacción del coño. Y está bien, los escritores no tienen por qué saber escribir, aunque eso mate el misticismo de la literatura. La mayoría de los autores se confunden con los tiempos verbales, no saben acentuar ni puntuar diálogos. Está bien, para eso están los editores. El escritor es esencialmente el artista que crea, la editorial es la que pule.

Aunque claro que existen personas como Axer Frey a las que las erratas hay que buscárselas con lupa, que se apasionan por la escritura al punto en que se desviven por aprender cómo dedicarse a ello mejor que bien. Cómo hacerlo casi impecable.

Pero no es el caso de este autor al que estoy corrigiendo.

La situación es esta: le envié el manuscrito corregido, y claramente la persona puede revisar cada cambio que hice en el texto. Dejé algunos comentarios, en especial para preguntar qué coño de la madre intentó decir en algunas frases que entenderán la autora y su madre, pero es para que respondiera solo esas preguntas. No para que me comentara cada maldita coma que le cambié, y menos con estupideces como que a ella le parece más bonita la palabra «sóla» acentuada.

Nerd 3: rey del tablero [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora