"MADRID, AÑO 2006"

58 9 18
                                    

_ Doctora, tiene un paciente_ me dijo Silvia mi secretaria.

_ Está bien, déjalo pasar _ estamos en mayo. Ha pasado casi un año desde el casamiento de Flora con Rodrigo, la pérdida de su bebé y mi mudanza a Madrid.

Alejarme de mis seres queridos no fue nada fácil, sin embargo, al hacerlo pude crecer profesionalmente para poder ser una mejor psicóloga y ayudar con más fervor a mis pacientes.

_ Disculpe las molestias, me gustaría consultarla para un problema _ Miré al imponente hombre, que digo hombre; miré al morbo y la lujuria frente a mí con interés.

Con un traje de Armani hecho a medida ajustado al musculoso cuerpo, de chaqueta y pantalón azul verdoso, camiseta blanca y corbata gris se movía con una lentitud y sensualidad irresistible. Tiene unos ojos grises casi transparentes, el pelo castaño bien peinado, los labios carnosos invitando a besarlos y una sonrisa segura y arrogante, estaba para hacerle un favor o dos. Tratando de no mostrar mi fascinación lo invité a tomar asiento.

_ Siéntese por favor, dígame que puedo hacer por usted.

_ Mi nombre es Enrique Beiquer, en realidad, el problema lo tiene mi hijo. Desde el fallecimiento de mi esposa hace ya un año, ha estado metiéndose en problemas, dirigiéndose de malas formas a todo el mundo; en resumen, se ha hecho imposible poder vivir con él.

_ Ya veo, si su hijo se ha estado comportando así desde hace un año, ¿cuál es el motivo de no haberlo llevado antes a un psicólogo?

_ En realidad si lo he hecho, no obstante, no ha mejorado mucho. Quizás pueda decir que ha tenido algún avance pues al principio ni siquiera me dirigía la palabra, pero me han dicho que usted es la mejor en su trabajo, razón de haber venido a hablarle.

_ ¿Cuánto tiempo lo estuvo llevando al anterior psicólogo?

_ Hace tres semanas se cumplieron seis meses. Al no haber más progresos decidí intentar con otro; un compañero del trabajo, al cual usted atendió con anterioridad, me pasó su dirección y me dijo lo buena que era.

_ Me imaginaba algo así_ le digo pensativa_ Puede ir y hablar con mi secretaria, ella le dará una cita para verme mañana temprano. Tráigame a su hijo y veamos qué puedo hacer_ le digo tendiéndole mi mano.

_ Se lo agradezco de verdad_ me sonrió y al estrechar mi mano os juro que una corriente eléctrica me atravesó todo el cuerpo hasta llegar al cerebro. Al mirar hacia mi interlocutor descubrí una mirada de asombro.

Recuperé mi mano lo antes posible algo turbada y un poco roja para mi gusto. Luego de mirarme una última vez, Enrique se volvió y se fue dejándome en trance. Nunca me había sentido tan atraída hacia alguien. Normalmente soy yo la que elige con quien quiero estar, sin embargo, desde el momento en que mis ojos chocaron con los suyos me puse nerviosa, lo cual no es bueno pues tiene un hijo, acaba de perder hace poco tiempo a su esposa y para rematar, voy a ser la doctora de su pequeño.

_ Ese era el último_ me comunicó Silvia.

_ Bien, pues mejor me voy para la casa. Hasta mañana.

_ Hasta mañana Nohelia. _ le sonreí y ella salió de mi oficina.

Recogí todo con calma mientras pensaba en mi reacción ante ese hombre. Lo más seguro sea que no me he acostado con nadie en el último mes y ya empieza a pasarme factura. Salí y fui directo a mi auto, un Toyota Yaris del 2005, no es de última generación, ni muy lujoso, pero por lo menos me lleva a donde quiera. Como siempre el tráfico era espantoso y al entrar en casa estaba agotada, el día había sido largo y no tuve ni un momento de paz.

Desde mi comienzo en el hospital "TU SALUD ES LO PRIMERO" no me habían parado de llegar pacientes. Miré a mi alrededor; mi pequeña casa no era muy ostentosa, pero sí a mi gusto. Tiene una sala chica con dos sillones y un sofá adornados con estampados de rosas y un televisor mediano, las paredes de un naranja casi rosa muy bonito, el comedor del mismo color con una mesa circular cubierta por un mantel decorado con corazones, rodeada por cuatro sillas. La cocina pintada de blanco con meseta de azulejos color café; además de dos cuartos, uno para invitados y el mío con una cama de matrimonio colosal con una cabecera de grabados en forma de corazones, un colchón muy suave, mi clóset con todo tipo de ropa, zapatos, etc. Por último, mi baño de azulejos verde brillante y una ducha de lo más divina.

UN AMOR ETERNO~ LIBRO IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora