uno

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Salió de la academia donde trabajaba, buscó con su mirada a la persona que siempre se encargaba de recogerlo, pero jamás lo encontró.

Marcó un número en su celular y el clásico sonido de cuando llamas a alguien sonó varias veces.

Una.

Dos.

Tres.

La voz de la grabadora se escuchó tras la bocina, al parecer aquel aparato estaba apagado.

Chan se extrañó un poco, su novio nunca apagaba el celular, ni siquiera era capaz de soltarlo. Tampoco faltaba a la hora en que este salía de trabajar, siempre estaba puntual esperándolo en la acera.

"¿Dónde estás, JunHui?", quizá pensó el castaño .

La pregunta de si el chico se encontraría bien comenzó a surcar en su cabeza, no podía quedarse con los brazos cruzados.

Estaba decidido, debía buscarlo.

Estaba decidido, debía buscarlo

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ㅡOye, Hansol. ㅡFue lo primero que dijo al su llamada ser respondida. ㅡTu hermano no se ha dignado a aparecerse por la academia cuando salí, y eso no sería problema si al menos me hubiese avisado, tampoco me responde llamadas y mensajes, ¿sabes si está en casa?

El chico tras la línea rió ligeramente, pues su mejor amigo no lo había dejado ni saludar. ㅡTambién me encuentro de maravilla, Chan, gracias por preguntar . ㅡEl nombrado bufó y se disculpó con bastante gracia en su voz. ㅡ  Decirte que sé algo sobre él sería una completa mentira, Kwan me ha traído en el centro comercial desde las diez de la mañana, no me dio tiempo ni de darle los buenos días.

ㅡMmh, bueno, creo que me toca darme una vuelta por tu casa. ㅡAvisó. ㅡSalúdame a SeungKwan, dile que me cae mal.

Dice que el sentimiento es completamente mutuo.

Y fue como la llamada terminó, dejando al pobre chico aún más preocupado de lo que antes pudo haber estado, ¿en dónde diablos se había metido su jodido novio?

Se subió al primer camión que vio, este lo bajó en la parada más cercana a la casa del chico, unas dos cuadras antes. Pateó unas cuantas hojas en su camino a pie, quizá se cayó unas dos veces y comenzó a notar como el cielo se oscurecía.

Pero llegó, y pronto estuvo parado frente a aquella preciosa casa de tonos cafés.

Deseando que la puerta estuviera abierta, tomó la perilla y la giró lentamente, abriendo esta con completa facilidad; entró con muchos nervios, observando que todas las luces estaban apagadas y el lugar estaba helando.

Colocó su mano sobre los barandales de las escaleras al escuchar voces en la segunda planta y a pasos lentos comenzó a subir. La vieja madera tronaba conforme sus pies se movían y su respiración aumentaba la velocidad.

Tenía miedo pero, ¿de qué?

Al tener ambos pies sobre el segundo piso giró su cabeza de lado a lado, buscando la habitación de donde provenían aquellos curiosos sonidos, de los cuales comenzaba a sospechar.

Dio con una puerta semi-abierta que podía reconocer como el dormitorio de su pareja y con eso fue suficiente para sentir como su pecho dolía de a poquito.

Se acercó tratando de no hacer ruido, le costó muchísimo asomarse por el espacio abierto, no quería ver lo que estaba sucediendo, pues los gritos de aquella desconocida voz seguían haciéndose presentes.

Inhaló fuertemente, y con toda la valentía del mundo, puso un ojo sobre la ranura, observando lo que más temía.

Su novio yacía aparentemente sentado con un rostro que expresaba placer extremo, sobre su regazo se encontraba un chico de brillantes cabellos rojos, dando pequeños saltos que al parecer lograban alterar al más alto. Aquella escena no tardó mucho en detenerse, dando paso a una nueva, donde los besos necesitados predominaban.

Chan se alejó, realmente no quería ver más de esos dos, sentía como su corazón se quebraba.

Le dio la espalda a la puerta, dispuesto a irse, pero escuchó algo que llamó su atención.

¡Oh! ¡MingHao!

¿MingHao? ¿Ese era el nombre del muchacho?

Y esta vez no pudo importarle mucho el hacer escándalo, pues salió corriendo del lugar con sus ojos inundados de lágrimas.

Y esta vez no pudo importarle mucho el hacer escándalo, pues salió corriendo del lugar con sus ojos inundados de lágrimas

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😇

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