-Jane, ¿Estas ahí?- preguntaba su padre mientras tocaba la puerta.
Resulta que Jane, no había querido cenar la noche anterior, y no le había respondido a su padre, el señor Wells estaba realmente preocupado, quería saber si su hija estaba bien, lamentablemente Jane no lo estaba, la noche anterior, después de que el chico, entrara a su habitación, he invadiera su espacio, se había puesto a ver fotografías de su madre, había llorado toda la noche, le pasaba seguido, pero esta vez, no quería pararse de su cama, aun no sabia que hacer para sentirse bien, los recuerdos eran más fuertes que ella.
-¡Vete papá!- Su padre oyó como Jane comenzaba a llorar, lo deprimió aun mas, no podía dejar que su pequeña niña sufriera de ese modo. El padre se quedo sentado al lado de la puerta, durante un rato no existió mas que silencio. Cuando Jane era pequeña era fácil llevarla a un psicólogo, su padre sabia que esa no era la solución, sin embargo la preocupación que tenía cada día por su hija se hacia mas fuerte. Ahora que Jane tenía dieciséis años, tenía que cuidar sus palabras.
Quería platicarle a su hija sobre la situación que estaba pasando, pero sobre todo también decirle que se mudarían a la casa de su amiga, esta noticia podría ser algo abrumadora para Jane y quería decírselo cuanto antes.
Se irían durante la noche, sin dejar rastro, pues el padre de Jane, así lo había decidido.
Finalmente el señor Wells regreso a su cuarto y dejó a Jane sola.
¿Que hacia Jane cuando se sentía mal?
Aún no lo sabia, simplemente se le pasaba, espero un rato, pero la tristeza aún seguía ahí, recordó al chico de anoche, una sonrisa salió de pronto, aquel suceso la había hecho reír. Ella lo había tratado muy mal, lo sabia, pero había algo en el que desataba todo su enojo, aunque a la vez, se sentía muy bien.
Decidió salir de la cama, tomo una larga ducha, con sus audífonos puestos, rogándole a Dios que nadie entrara, aunque no podría pasar, a menos que su padre encontrara una copia de la llave de su habitación. Tenía toda una lista de canciones que le gustaban, nada deprimentes por supuesto, desde pequeña eran sus preferidas y se había memorizado cada palabra.
Cuando al fin estuvo lista para salir de su recamara, echó un vistazo a su habitación, estaba realmente desordenada, había vasitos de yogurt tirados en el piso, y pañuelos sobre las sabanas.
Al salir, busco a su padre, se encontraba en la sala, leyendo las ultimas noticias.
Su padre se levanto del asiento en cuanto la vio
-¡Jane! ¡Gracias a Dios, hija!-
-Estoy bien papá, no necesito un psicólogo-
-No creí que lo necesitaras- contesto su padre, algo apenado. Antes cuando Jane, comenzaba a llorar por toda una noche, un psicólogo recurría a ella en la mañana, podría pensarse que la vida de Jane no era tan perfecta como ella presumía.
-Siéntate, tenemos que hablar de algo- La chica obedeció, se sentó a su lado y lo miro fijamente como siempre lo hacia, su padre algo nervioso se aclaro la garganta y continuo- Tenemos que marcharnos.
-¿De viaje?, Sabes papá no tengo muchas ganas...-
-De casa, para siempre- el señor Wells se mordió un labio, esperando las quejas de su hija, pero, lo único que recibió fue un gran silencio- La empresa no va bien, tengo algo ahorrado que no permitirá vivir unos cuantos años, claro, recortando los gastos un poco, pero viviremos-
-Esta bien-.
-Jane, esto es enserio, no estoy bromeando- dijo alzando la voz un poco- me han acusado de fraude, tenemos que irnos, he sacado todo el dinero necesario de mis cuentas antes de que lo cancelen, tenemos que huir, si no quieres quedarte sin padre- el silencio recorría toda la sala, Jane no había dicho ninguna palabra, y no pensaba hacerlo- Ve a tu cuarto y prepárate.-
******
-Mamá, ¿Te has vuelto loca? ¿acaso piensas que podremos alimentar dos bocas mas? - Nate y su madre había llegado a casa muy tarde y lo único que hicieron al llegar fue dormir. Ahora se encontraban en la cocina, cada uno sentado en diferentes sillas pero en la misma mesa, hacia bastante calor, había comprado unos cuantos ventiladores, pero era imposible respirar aire fresco.
-Nate.. por favor, necesito tu ayuda, pon algo de tu parte ¿Esta bien?- la voz de su madre se oia cansada y sedienta, no hizo mas que asentir.
-Voy a subir a arreglar los cuartos, descansa un poco-
-Gracias hijo.-
Nate tenia miles de cosas en su recamara, cada una tenia un significado, la pelota que le habían quitado cuando asistía al kinder, el libro que se había robado de biblioteca, entre otros recuerdos. En verdad nadie podía entender lo que significaban aquellas cosas para el, aunque fueran solo recuerdos eran un pedazo de el, ahora que habría mas personas en su casa, tenia que hacer un espacio, clasifico cada recuerdo de los mas importantes a los menos, aquellos que no significaban mucho se encontraban en cajas, abajo de su cama, y los que si, los había colocado en las repisas.
Su recamara no era muy grande, pero si algo acogedora, y fría, justo lo necesario para aquellas épocas de calor.
Amaba a su madre mas que a nadie, pero la desciendo era algo abrumadora, se pregunto si Jane, llegaría a ser como su hermana, eso seria realmente gracioso. Se imagino ayudándola a elegir su ropa para una noche especial, o escogiendo un color para que ella se pintara las uñas. Borro la idea de su mente, eso seria en el caso de ser un hermano gay, lo tendría en cuenta, si quería ser uno, el mismo soltó una carcajada ante tales pensamientos.
***
El viaje fue corto, Jane, había llevado sus mejores recuerdos, entre ellos, sus collares y toda la ropa de marca que encontró , se sentía muy agobiada ¿Hasta donde la llevaría su padre?, se mantuvo en silencio escuchando las mejores canciones en el ipod, vestía algo cómodo, unos jeans, y una blusa de manga larga, que tenia el logo de las spice girls. Ningún tipo de viaje le agradaba, y menos este, podria nombrar este dia como "La huida" pero sonaría a un hecho historico, y eso le aburría, así que solo decidió llamarle, "largándome de casa" suena mejor- pensó.
La camioneta, se detuvo, Jane sabia que había llegado el momento de despedirse de su antigua vida, y encontrar una nueva, pero al bajarse, se dio cuenta que nada de lo que imagino era lo que sus ojos estaban viendo. Ella iba vestida demasiado a la moda, su camisa era de esta temporada, sus jeans habían salido hace dos días y sus lentes de sol combinaban perfectamente con su atuendo, sin embargo, el olor animales, el pastizal seco y los ruidos de los animales, hacían que su ropa estuviera fuera de lugar. /Lo lamento Jane, tendrás que acostumbrarte/Y aquí termina el capítulo 5❤️ Muchas Gracias por leer mi historia❤️☺
Atte: ecrivains
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Un día más contigo..
RomanceEsta historia gira alrededor de Jane y Nathan , dos personas, que se enamoran de una manera no muy común, del odio al amor, mientras que de por medio existen sus diferentes clases sociales.Al principio de la historia se desarrolla conociendo un p...