Gatito

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Durante el camino a casa luego de la universidad, Katsuki y yo nos encontramos con un lindo gatito gris.

N/A: El de la multimedia :3

Detuve mis pasos y me agaché a su altura para acariciar su cabecita, el felino empezó a ronronear y yo continué con una sonrisa.

—Aww, es tan lindo... —dije tomándolo en mis manos.

Bakugo siguió caminando y me dejó allá atrás con el gatito en las manos.

—¡Hey! ¡Espérame! —dije corriendo hacia él.

—¿Por qué aún cargas a ese gato? —preguntó señalándolo.

—¡Oye, no hables así de Milly! —exclamé molesta.

—¿Ya le pusiste nombre? —dijo alzando una ceja.

—Es que es tan lindo... —dije acariciando su cabeza.

—Como sea, recuerda no llevarlo hasta la casa...

—...

—....

—¿Y si nos lo quedamos? —pregunté de repente.

—¡¿Ah?!

—Es que es muy lindo, no puedo tan solo dejarlo tirado por ahí...

—Ahí estaba. —dijo el rubio desinteresado.

—No seas así, es un bebé, le podría pasar algo malo. —dije preocupada.

—Tsk... haz lo que quieras... —dijo acelerando el paso.

—¡Siii! —dije dando saltitos de felicidad.

Al llegar a la casa me cambié por una ropa más cómoda, me senté en el sofá y empecé a jugar con Milly, pero noté que no tenía mucha energía.

—Mmm... ¿qué crees que tenga? —pregunté volteando a ver al rubio.

—No lo sé, no soy un puto gato. —dijo mirando hacia otro lado.

Noté que se veía realmente molesto, pero lo ignoré porque...

Es Bakugo, el siempre está molesto.

—Debe tener hambre... —me dije a mi misma. —Vengo ahora, cuida de Milly. —dije parándome, dejando al gato en el sofá.

Fui hasta la puerta de salida para ir a comprar comida para gatos hasta que sentí algo en mis piernas, miré hacia abajo y ví que Milly me había seguido.

—Debes quedarte aquí... —dije cargándola para llevarla hasta el sofá otra vez. —Bakugo, cuida de Mi- ¿Katsuki? ¿Dónde estás? —pregunté mirando hacia todas partes.

Fui hasta la habitación y intenté abrir la puerta pero tenía seguro.

—Katsuki, abre la puerta. —dije tocando varias veces.

—....

—¡Bakugo! —dije tocando más fuerte sin respuesta. —Oye estás siendo infantil... —dije cruzando los brazos.

(Al parecer no planea responder...)

—Como sea, ya regreso... —dije suspirando.

Fui a por la comida para gatos y en cuanto regresé a casa busqué algún recipiente para darle de comer al felino.

—Aún no tengo plato para ti pero luego conseguiré uno... —dije acariciando su cabeza.

Milly empezó a comer y yo me paré frente a la puerta de la habitación hasta que por fin Bakugo se dignó a abrirla.

One Shots con Bakugo 💥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora