Capitulo 2 : brahms...

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BRAHMS

Estaba tranquilamente pensando en qué hacer. Ya no tenía a mis padres aquí, Greta me abandonó, sintiéndome como si me hubieran arrancado el corazón. Quizás no fue la mejor manera de hacerla quedarse; tal vez fue mi culpa.

De repente, escuche voces arriba y fui a espiar. Minuciosamente, vi a dos mujeres conversar a lo lejos a través de un orificio en la pared: una joven con el pelo corto y desordenado, estilo melena, de color chocolate, casi parecía negro, y otra mujer con cabello rubio y liso.

Me acerqué para escuchar su conversación. Hablaban sobre lo sucedido aquí, y resultó que ellos terminaron en un hospital psiquiátrico, bastante irónico.

De repente, volví a pensar en Greta. No podía olvidarla y menos lo que me hizo. Sentí ese dolor en el lugar donde debería estar mi corazón, di un fuerte golpe a las paredes y salí afuera para respirar. Corrí hacia el patio trasero donde se encontraba el estanque, me senté en la orilla y me costaba respirar con la máscara encima. Me la quité y la arrojé lejos.

En ese momento, lo entendí. Me miré en el reflejo del agua y vi la quemadura en mi rostro, la acaricié con mis dedos y comprendí que estaba vivo pero muerto al mismo tiempo. Nunca podré llevar una vida normal. Cuando me calmé, recogí la máscara, me la puse y volví adentro.

Ya en casa, decidí entrar por el armario para mover de lugar al muñeco. Vi cómo le decía que ella sería la que cuidaría de nosotros ahora, lo arropó, contó un cuento y finalmente le dio un beso en la mejilla. Casi pude sentir ese beso. La historia que contó me dejó pensando; de todos modos, ya no estoy solo. Pensé que tenía una nueva oportunidad.

La seguí para ver qué hacía. La vi entrar al baño, pero no cerró del todo la puerta. Dudé por un minuto antes de decidirme a espiar. Al asomarme, la encontré recostada en la tina, tan serena como si estuviera inmersa en un sueño. No era Greta, pero su belleza era innegable. Su piel era blanca y tersa, el pelo corto y negro se le pegaba a la cara por el agua y el sudor, creando un halo de misterio con el vapor que llenaba la habitación.

Mis ojos no podían apartarse de ella. Después de un rato, cogió la loción del baño y comenzó a esparcirla por su cuerpo con una delicadeza que resaltaba cada curva. Sus finos dedos se deslizaban con gracia, detallando cada parte de su piel, creando una escena casi hipnótica.

Por un momento, dudé sobre la ética de espiar mientras se bañaba. Rápidamente, decidí alejarme del lugar antes de perder la cabeza en la tentación de aquel momento íntimo el cual no debería estar contemplando.

...


Desperté con el pelo desordenado y los ojos entrecerrados por el sueño. Revisé mi teléfono, que marcaba las 10:16 am; era hora de levantarse, aunque la tentación de dormir 5 minutos más era fuerte. Recordé a Brahms, lo cual me motivó a levantarme de la cama. Me puse rápidamente los pantalones de mi pijama y unas calcetas para no sentir el frío del suelo al dirigirme a la habitación del muñeco.

Al entrar, noté la luz matinal filtrándose por las cortinas, iluminando la habitación de manera suave. Brahms yacía en su cama, inmutable, tal como lo había dejado la noche anterior. Cada detalle de la habitación parecía cobrar vida: las sombras danzaban en las paredes, y el silencio era roto solo por el murmullo distante de la casa. La atmósfera tranquila, combinada con el misterio que rodeaba a Brahms, creaba un ambiente peculiar mientras comenzaba mi día.

—Hola brahms, buenos días—. Le dije, mientras entraba en la habitación lo tome entre mis brazos y me dirigí a la cocina al llegar lo senté en una silla, mientras preparaba el desayuno, prepare un poco de avena para cada uno, con frutas como fresas, uvas, pedacitos de plátano y manzana, su plato lo deje en la mesa, al frente de el con una cuchara.

MyBOY. |Brahms Hellshire|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora