•Capítulo 16• Batalla de hermanos

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Si alguien había estado alguna vez en el infierno, confirmaría que la visión de aquella plaza era lo más próximo a ello.

Las llamas azules danzaban por todo el lugar, mientras Touya se hacía pasar por el alter más cercano a lucifer, elevándose en el cielo con llamas.

Habían separado a los villanos, se habían distribuído en equipos. Todo estaba planeado, incluído el quién iría dónde exactamente.

Por eso, mientras que los Todoroki se encontraban con otros tres frente a Touya, (T/N) se encontraba más atrás, controlando llamas para ocultarse lo suficientemente cerca para oír lo que decía y lo suficientemente lejos para que no notara que había algo yendo mal.

—Tu tercer hijo... con tres de los tuyos. ¿Eso es lo mejor que puedes ofrecerme, Padre? —cuestionó a modo de queja. —¿Siquiera a ella la trajiste?

La joven miró de reojo a Kiddo, uno de los héroes de la agencia de Endeavor, y uno que había estado ayudándola durante su entrenamiento ese último tiempo. Él estaba apartando el aire caliente, realmente, allí todos salvo ella e Iida eran de la agencia de Endeavor.

Pero entonces, fue que Touya decidió contarle a Shoto su pasado, esa parte que ni ella sabía, lo que había pasado entre Touya y Dabi.

Decidió arriesgarse un poco para acercarse, aprovechando que no estaba mirando en su dirección, para escuchar.

Dabi logró huir de planes oscuros de AFO una vez, todo para ir con su familia. Ellos le superaron, Shoto era el centro de atención ahora.

Entonces, comenzó a dar tumbos por todos lados, a aprender otras cosas, movido por la venganza, con sus ideas cambiadas, loco por sus llamas.

Y lo único que casi lo devuelve a la cordura fue la niña que en su inocencia lo apoyó en un inicio.

Y esa niña no pudo evitar soltar unas lágrimas al ver a través del fuego a Dabi, a Touya, rodeado de llamas, el demonio atado y torturado en su propio infierno.

¡Quemaré todo lo que una vez me importó y esa será la prueba de que nunca existí!

—¡Cómo si fuera a permitirtelo!

Y, entonces, supo que el curso de las cosas debía cambiar.

El fuego no llegó a extenderse todo lo que debería, y aunque el calor se mantuvo en el ambiente, no lo hizo el fuego.

Sin embargo, mantener el oxígeno en los pulmones y eliminarlo del ambiente no era nada fácil. Era algo que requería de demasiada concentración como para además cubrirse o evitar el golpe que siguió hacia Shoto.

—Quiero que me digas una cosa, Shoto... ¿de dónde diablos sacaste la paciencia para refugiarte junto a todos esos patéticos civiles mientras el mundo de venía abajo? ¡Eres hijo de Endeavour! ¡Mi hermano! Pero solo eres una combinación pobre entre hielo y fuego. ¡¿No te da vergüenza, Shoto?! ¡Hasta (T/N) es más valiente! —ella frunció el ceño, Burning necesitaba el fuego y eso solo la hacía que lo pudiera contener a menor escala aún.

Todavía había llamas azules danzando, y quería eliminar eso. Pero no podía, no para mantener las de los demás.

Fuego con fuego no era la mejor idea. Por eso estaba ella ahí, para quitar el fuego de la ecuación a conveniencia.

—¡Tienes el cuerpo perfecto, el entrenamiento! Y aún así, ¡¿te aferras a los demás?! ¡Te dieron todo desde que naciste! ¡Hasta la chica perfecta! ¡Pero no fuiste suficiente hombre para tomarlo! ¡Alguien tenía que decírtelo, hermano! ¡Ni siquiera sirves para mascota! —vio el golpe venir y se lanzó para tratar de detenerlo, intentando contener todo lo posible, sin poder lograrlo. —¡Nunca serás un héroe! —logró lanzarlo con el fuego, y a ella también.

Estar contigo [Todorokixlectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora