Estar contigo [Todorokixlectora]

•Capítulo 6• Doloroso despertar

Narra (t/n):

Comencé a caminar sin más remedio por ese pasillo oscuro que se iluminaba ligeramente  según pasaba. Todo estaba en completo silencio mientras caminaba y miraba a mi alrededor, pero no había nada distinto.

Hasta que escuché un quejido.

Comencé a correr hacia dónde lo escuché, siguiendo al frente al no haber más caminos, hasta que comencé a oír voces conocidas. Me giré a dónde provenían y en la pared derecha pude observar un escena familiar. Yo y Shoto de pequeños.

La escena se borró en unos segundos y apareció otra en la pared izquierda unos metros más adelante. Esta vez estaba con Dabi.

Continué caminando y viendo más y más momentos de mi vida, aquello comenzó a asustarme. ¿Qué se supone que era eso? ¿Iba a seguir hasta morir?

Cada vez habían más y más momentos que se reproducían a ambos lados, tanto buenos como malos, hasta que mis ojos se quedaron clavados en una imagen exacta. En un solo momento mirara dónde mirara, lo único que encontraba era el momento en el que le clavaba el cuchillo.

Las lágrimas comenzaron a caer a mares de mis orbes mientras me abrazaba a mí misma sin consuelo y finalmente mis piernas fallaron y me derrumbé en el suelo, llorando, con ese maldito recuerdo aferrado a mi mente.

—(t/n)...

Me cubrí la boca para tratar de acallar mis sollozos al sentir cómo si me llamaran, sin poder detener mi llanto.

—(t/n)...

Traté de incorporarme y mirar en dirección a dónde escuché esa voz, completa oscuridad. Los recuerdos se detuvieron a pesar de que mi cabeza me torturaba recordando una y otra vez la expresión lastimera de Shoto.

—(t/n).

Me levanté tratando de guardar mi llanto, comenzando a caminar hacia esa voz poco a poco, todavía temblando y sollozando mientras limpiaba mis lágrimas con las mangas de mi chaqueta.

—¡(t/n)!

Reconocí esa voz al instante: Shoto, mi Shoto. Comencé a correr llena de desesperación hacia esa voz que cada vez gritaba más fuerte mi nombre, mientras corría e incluso me tropezaba y caía para levantarme torpemente y continuar corriendo hasta que dejé de sentir suelo bajo mis pies y comencé a caer en medio de toda esa oscuridad.

Mi cuerpo se levantó solo, mientras respiraba agitadamente y sentía ligeros pinchazos de dolor por todo mi cuerpo. Mi mirada finalmente se pudo enfocar en una sábana de hospital sobre la que comenzaban a caer lágrimas que escapaban de mis orbes. Antes de poder ubicarme del todo y pensar si estaba en un sueño o había despertado sentí un fuerte abrazo a mi lado, seguido de otro aún más fuerte, mientras escuchaba sollozos de su parte.