•Capítulo 1• Como un gato.

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Narrador omnisciente:

La rutina del pequeño era bastante sencilla en realidad. Desde que Hawks le contó lo que había pasado le hizo un gran berrinche para que le dejara ir a verla. Una vez allí, fue imposible separarlo de ella.

Lo intentaron varias enfermeras e incluso él, pero se aferraba de una forma a la adolescente inconsciente que no quisieron lastimar a esta. Sabían que, gracias a las explicaciones de la madre, todo objeto que llevara encima pasaría al sueño tal y como estaba. Aún así, no tenían forma de saber si necesitaba algo, así que la dejaron como estaba. También sabían que las heridas pasarían de la misma forma, así que desistieron en el intento de separar al pequeño Kohaku.

Keigo solo suspiró y le dejó estar, viendo que además, tendrían que darle ciertos cuidados. Iban a tener que llevarle la comida y dejarlo ahí casi constantemente.

Claro que ninguna enfermera se negó al recibir un autógrafo del héroe alado.

De esa forma, la cómoda rutina de Kohaku dio comienzo. Lo más lejos que se iba de la chica era al baño de la habitación, aunque siempre procuraba tardar poco y estar atento a la chica. Después se sentaba junto a ella en la cama del hospital y, o bien cerraba los ojos y se acurrucaba para dormir o pensar, o jugaba con la consola que le habían dado. Comía lo que le daban sin decir mucho y no salía de ahí. También se encargaba de cerrar y abrir la ventana para airear la sala y revisar las constantes de la chica.

En cierto modo, era una ayuda para las enfermeras, gracias a que él estaba pendiente no tenían necesidad de ir tanto a revisar. Ya habían sido más de una vez que él había salido para avisar a algún enfermero o enfermera, incluso doctor, de que algo ocurría.

Claro que nunca era porque la chica diera alguna reacción.

A parte de eso, Kohaku se pasaba el día allí atento a la chica.

Todos los días, el menor de los Todoroki iba media hora a visitarla. Se sentaba junto a ella y se quedaba hablando con ella. En un principio, Kohaku y él se miraron esperando a ver si el contrario hacía algo malo, pero resultó que ambos eran bastante pacíficos.

Ambos simplemente querían cuidar de la chica, así que simplemente dejaban pasar la presencia del otro. Shoto entendía que el pequeño estuviera allí y Kohaku hacía lo mismo.

Días después, a las visitas del Todoroki menor se le sumaban otras a varias horas. Un chico rubio con un rayo y la pelirroja de nombre Shiro fueron los siguientes en ir.

Al parecer eran de sus mejores amigos, y Kohaku confiaba sin problemas en la pelirroja que tan genial le había parecido, así que tampoco molestó mucho.

Sin embargo Kaminari sí lo molestó a él, claro que sin intención de hacerlo.

Era demasiado idiota.

A parte de ellos, el grupo de Shiro también fue. Por suerte, no le tomaron mucho en cuenta y tenían cosas que hacer, así que tampoco lo molestaron.

Llegó también a ir un hombre que parecía más bien un vagabundo, aunque hasta cierto punto era agradable. Solo parecía cansado, así que Kohaku no tuvo problemas tampoco.

El brócoli y el bomberman llegaron a ir alguna vez, pero fue rápido. Sobretodo porque no dudó en molestarles. No era nada personal, pero se aburría y llegaron en el momento ideal para Kohaku.

Con eso, pasó una semana. El tal Tokoyami también llegó a ir y con él sí mantuvo una conversación algo más amena dentro de lo que había. No eran los mejores hablando, pero dado que se conocían desde que Kohaku prácticamente llegó y que Tokoyami sí dormía en la agencia del héroe, habían llegado a conversar algo más.

Estar contigo [Todorokixlectora] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora