Capítulo 26 Una detención.

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—Tienes que hacerlo, es la única forma de dejarlo ir.

—No lo quiero dejar ir —Le respondí a Ethan y no pude evitar que se me hiciera un nudo en la garganta. Los días habían pasado pero aún así el dolor seguía, cada día era igual, últimamente tomaba calmantes para poder dormir y me estaba quedando en casa de Lía para no entrar a mi habitación y ser invadida por recuerdos que tenía con Alex.

—Yo se que duele pero tómalo como una despedida. Necesitas cerrar este capítulo de una vez por todas.

Los miré angustiada y ambos me apretaron las manos para darme ánimos, entonces me armé de valor y tomé mi celular. Unos cuantos mensajes me llegaron de amistades mías que me preguntaban que si era verdad lo de la muerte de Alex pero los dejé a todos y me fui directo al chat de Alex, al último que habíamos tenido y el corazón se me estrujó.

Mi odioso vecino : En las noches oscuras, cuando las voces se apagan dejando el silencio esparcirse por doquier escucho tu respiración. Se que en algún lugar tus ojos verdes me observan. El mundo está lleno de prohibiciones pero te aseguro que nada podrá  impedir que nosotros podamos estar juntos, ni la lejanía, ni las cerraduras, ni el tiempo. Sueña conmigo Miseria Elizabeth, sueña que sigues las estrellas, y que nos encontramos en una. Sueña que los sueños se pueden hacer realidad...

Entonces con los dedos temblorosos le escribí un mensaje.

Mise : Alex, espero que puedas ver esto sea en donde sea que estás, quisiera creer que es en alguna estrella, como siempre deseaste. Estos días sin ti han sido una tortura, te extraño demasiado, ni siquiera he ido de nuevo a mi habitación, no soy tan valiente de entrar y no imaginar que en cualquier momento aparecerás ahí para sorprenderme. Felicidades, pasaste al bando de los inolvidables en mi vida, aunque creo que siempre estuviste ahí. De ahora en adelante nada será lo mismo porque de alguna forma me cambiaste y transformaste mi mundo en algo bonito, con más colores y emociones. Me niego a decir que te fuiste porque es imposible que lo hayas echo, esto no es una despedida, sólo son palabras, se que en algún momento nos volveremos a encontrar, ya sea aquí o en algún otro lugar. Ten por seguro que sea a donde sea que valla te llevaré conmigo en mi corazón y cuando ese día llegue y te vea a los ojos bailáremos de nuevo, y riéremos con nuestras tonterías sin parar, y te diré lo apuesto y sexi que eres, y seremos felices, y vomitaré unicornios para siempre jamás. Hasta luego Chico del segundo B, por siempre serás mi odioso vecino, el mismo que robó mi corazón llevándoselo consigo.

—Listo —Dije con la voz temblorosa, mi corazón latía con fuerza hasta que pulsé enviar y mi respiración se detuvo al ver las dos rayitas de visto. —Alguien lo vio.

—¿Qué? —Preguntaron los dos a la vez y les mostré el chat con el corazón desbocado.

—Esta en línea, ¿Quién se quedó con su celular? —Preguntó Lía y no supe que decir. Entonces me puse de pie.

—¿A donde vas?

Ignoré su pregunta y salí de la habitación, minutos después estaba frente a la casa de Alex, el 2B de la puerta me hizo dudar de si entrar o no pero lo hice.

Toqué la puerta  tres veces.

—¿Qué estas haciendo Mise?

Lía y Ethan llegaron corriendo detrás de mi. Se abrió la puerta y mis ojos enfocaron a Alisia.

—Miseria —Dijo ella sorprendida.

—Necesito entrar a la habitación de Alex.

Sin decir nada asintió y abrió por completo la puerta. Lentamente entramos a la casa y me dirigí a su habitación seguida por mis dos amigos.

Todo estaba como la última vez. Su cama correctamente tendida, todo parecía perfectamente acomodado. Pero de Igual forma faltaba algo, faltaba esa pieza perfecta para que el panorama que admiraban mis ojos estuviera perfecto, faltaban mis ojos azules preferidos observándome. Un nudo se me hizo en la garganta, parecía que no hubiera sucedido nada y que en cualquier momento aparecería Alex. Un montón de recuerdos me llegaron de golpe y sentí como mi pecho se apretaba.

Con la mirada recorrí el lugar hasta ver su celular encima de su escritorio. Estaba conectado a su cargador.

Lo tomé entre mis manos y una notificación hizo que lo soltara pegando un salto.

Ethan lo tomó de inmediato y me lo devolvió. Lo encendí y para mi fortuna no tenía clave para desbloquear.

—Me iba a escribir —dije leyendo el último mensaje para mi que estaba en borrador.

Mi odioso vecino : Te extraño 😢💔

—Seguro se quedó sin carga cuando te lo fue a enviar y lo puso a cargar.

Asentí a Lía y respondí decepcionada —Por eso salió que estaba en línea y yo de estúpida creyendo que... —Una lágrima corrió por mi mejilla y Ethan me abrazó.

Fuera como fuera debía aceptarlo, mi chico del segundo B se había ido para siempre. De una ves por todas debía eliminar de mi mente esas teorías sin sentido que estaban rondando como sombras en mi mente.

Al salir de su habitación fui recibida por Alicia. —¿Encontraste lo que buscabas? —Me preguntó y negué con la cabeza. —Lo siento.

Me quedé por un segundo observándola y por primera vez me di cuenta de lo parecida que era ella con sus hijos, su cabello, sus ojos, Alex y Segundo eran la versión en chico de Alisia.

Triiiiiiiiiiin

El timbre de la puerta sonó devolviéndome a la realidad y Alicia abrió para ver quien era. Un policía de ojos grandes sacó su identificación y dijo con voz tajante :

—Ester Rodriguez, está detenida por la desaparición del empresario Antonio Segura, accionista y vicepresidente de la cadena de hoteles Montalvo. Tiene derecho a guardar silencio, todo lo que diga puede ser utilizado en su contra.

La mujer estaba tan sorprendida como nosotros y no puso resistencia al ser esposada. No dio tiempo a que reaccionáramos, un montón de policías entraron a la casa y comenzaron a revisar todo...

El chico del segundo B  ( Parte II ) © √ Sin editar. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora