El agua caliente de la bañera salpicaba las baldosas, el ruido morboso de las anchas y femeninas caderas chocando con la pelvis de su supervisor encantaba los oídos de la fémina.
— Daedalus... San — Sus rodillas y sus manos estaban en el suelo, mientras disfrutaba del exquisito placer del sexo.
— Okizawa San, es tan cruel al apretarme así — Mencionó en el oído mientras Mordía el lóbulo por lo bajo.
Empezó a penetrar más fuerte y con rapidez, era tan rudo, dejaba marcas por su cuerpo y sus huellas se marcaban en su vientre. — Daedelus... Siento que voy a orinar — Los voluptosos pechos chocaron con el suelo por la repentina sensación de su vientre. — Tranquila... Tú dejalo salir — Respondió tranquilo mientras sus dedos empezaban a rosar el corazón de su feminidad, retorciendose de placer y dejando salir una gran cantidad de fluidos mezclados. El joven recargo su pecho wn la espalda curvada de su amiga, quien intentaba recuperar la respiración con sus piernas temblorosas. — Me vengare Daedelus... Siéntate — Ordenó. El varón siguió las órdenes, su cuerpo desnudo y su miembro erecto eran una vista exquisita para aquella mujer. Agachó su rostro hacia su hombría besando la punta rosada y lambiendo mientras lo metía a su boca.
Jugaba con su lengua, enrollandola y simulando penetraciones. Daedelus soltaba jadeo y gruñidos que hicieron correr a la mujer con tan solo escucharlos. — Okizawa San... Ah — Cuando sabia que estaba cerca de llegar al orgasmo se detuvo. — Uh. Se paro, sus manos se recargaron en sus hombros y sus rodillas quedaron a lado de sus caderas. — Esta es mi posición favorita Daedelus. Su pene entró con facilidad en la intimidad femenina, resbalosa y jugosa, caliente y sumamente tentadora. Mientras él Mordía y dejaba chupetones por sus pechos, ella aprovechaba en dar el placer máximo, sintiendo el semen escurrir entre sus piernas.
Alguien estaría en problemas pronto.
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Mientras cumplía sus habituales labores en el laboratorio, recibió a varios pacientes, sacaba muestras, etc, sentía una incomodidad inexplicable. Cuando el concurrido trabajo bajo decidió salir a tomar algo de aire.
— ¿Te encuentras bien Okizawa San? — Daedelus apareció tran ella con un poco de agua. Ella negó con la cabeza.
— Me siento cansada... Supongo que es El trabajo — Mencionó débilmente algo mareada.
— Yo no creo que sea eso — Mencionó. — Ven, te haré algunos exámenes.
Llevo a la fémina recargado en el hacia El laboratorio, quien torpemente caminaba.
Después de un par de análisis, Daedelus salió con una mirada neutra.
— Dime por favor que es Solo un dolor de cabeza... — Mencionó con palidez.
