Arnold
No tarde en darme cuenta de que mis problemas con Helga habían desparecido para dar paso a unos peores. No me hablaba en la escuela, me ignoraba todo el día y cuando me volteaba para hablar con ella, muy ingeniosamente le hacia una pregunta a la maestra y mi oportunidad para hablarle se esfumaba, era un constante recordatorio de lo idiota que había sido con ella.
Un día iba de regreso a mi casa acompañado de Gerald después de un partido de beisbol que hubo en la escuela, y decidimos ir por una bebida para recobrar las fuerzas cuando me percate que Helga estaba hojeando una revista y mi curiosidad me hizo fijarme en el título, y para mi sorpresa era una de esas revistas de moda, lo cual me hizo sentir peor, la conocía, ella nunca veía esas revistas, las aborrecía.
No me hubiera sentido mal si estuviera con Olga o con su mamá ¿pero tenia que estar Helga sola? Eso solo me recuerda lo idiota que fui con ella, en ese mismo momento trate de acercarme a ella para disculparme como he estado intentando toda la semana, pero cuando di un paso hacia ella la mirada de Gerald me seguida desde la distancia y por un momento me sentí avergonzado de que mi amigo me viera.
De igual forma trate de disculparme con ella el resto de la semana, pero hay que ser honestos, es realmente creativa para esquivarme. Un día mientras iba de regreso a casa, pude ver como Helga y mi abuelo se lanzaban uno a otro una pelota de beisbol en el parque.
Al inicio me pareció extraño, nunca ves a tu Némesis conviviendo con mi tu abuelo en perfecta armonía según lo que podía ver, pero decidí no cuestionarme mucho las cosas y mejor aprovechar la oportunidad e ir a disculparme con ella de una vez por todas. Pero de nuevo, algo me interrumpió, y esta vez no fue la maestra, ni Gerald, esta vez fui yo mismo quien se detuvo.
Estaba ahí, podía verla con mi abuelo platicando e incluso riendo juntos, no estaba celoso, pero si estaba aterrado ¿Qué me diría mi abuelo? ¿Cómo reaccionaría ella? Estuve tratando de acercarme a ella durante al menos media hora hasta que me di por vencido, tampoco sabía que decirle, ¿Cómo de disculparía con ella? Como sea, decidí que era mejor ir a casa.
Pasaron los días y mi abuelo y Helga seguían reuniéndose en el parque, no me atrevía a preguntarle a mi abuelo lo que ocurría o de que hablaban, ni siquiera podía preguntar si Helga le había dicho lo que paso entre nosotros, quizá ese era mi verdadero miedo, que mi abuelo se enterara de lo patético e idiota que había sido con ella.
Un día, mientras estaba haciendo mi tarea en mi habitación, mi abuelo toco a mi puerta y mis miedos se hicieron realidad.
– ¿Qué haces chaparrito? –
– Solo hago mi tarea abuelo –
– Sabes, Helga me conto lo que paso con ustedes – dijo mientras se sentaba en mi cama – ¿Por qué hiciste eso hijo? Tu no eres así –
– No lo sé abuelo, en verdad no lo sé, me disté el consejo de que siguiera mis instintos y lo hice, pero no creo que esto era a lo que te referías –
– Tienes razón, chaparrito, esto no es lo que quería, pero sabes, seguir los instintos no es seguir los impulsos, no es hacer las cosas sin pensar, tienes que analizarlo todo y seguir lo que tu mente, alma y cuerpo necesitan ¿esta bien? No soportaría que mi nieto favorito se convierta en alguien tan grosero y egoísta que nadie pueda tolerar –
– Por supuesto abuelo, entiendo, pero soy tu único nieto –
– Eso no les resta valor a mis palabras – y dicho esto me despeino un poco y salió de mi habitación
No sé cómo me voy a disculpar con Helga, pero de algo estoy seguro, y es que tengo que arreglarlo, no puedo dejarlo así.
...
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Entrelazados
Fanfiction- Siempre he esperado a que Helga G. Pataki me deje en paz - Pero, ya no hay vuelta atrás, me gusta. - La primera vez que vi a Arnold mi corazón se detuvo - Pero ¿yo le gusto a él? Tengo tanto miedo de ser rechazada. Este es un Fanfic basado en...