6

970 182 4
                                    

— Takemitchy

— ¿Mikey-kun?

— ¿Dónde están mis cigarrillos?

El azabache movió la cabeza indecisamente para así regresar a su labor de lavar los platos en silencio y evadir la pregunta, y aquello no le gustó a Mikey.

— Takemitchy

— No sé de qué me hablas

— Si lo sabes.

— No, no lo sé.

Mikey hizo un mohín molesto para así retirarse a pasos pesados hacia su habitación, la puerta cerrándose de un golpe se escuchó por todo el lugar.  Takemichi por su lado ni se inmutó, bastante acostumbrado a los arranques de ira del contrario, continuó en lo suyo.

Nuevamente se escuchó pasos regresando a la cocina, y el peliblanco se hizo ver, mostrando una billetera vacía.

— Takemitchy

— ¿Si, Mikey-kun?

— ¿Dónde mierda está mi dinero?

Takemichi entrecerró los ojos con leve cansancio, a sabiendas que esto sucedería, decidió permanecer indiferente ante los berrinches de Mikey.

— ¿No deberías saberlo tú? Es tu dinero...

— Sé que fuiste tú

El de hebras azabaches era pésimo para mentir, y Mikey lo sabía.

Se cruzó de brazos para así dirigir su mirada lo más seria posible, ocultando con mucha fuerza sus nervios — N-No.

— Takemitchy...

— Mikey-kun, lo habíamos hablado antes.

— ¿¡Por qué sigues insistiendo en qué deje de fumar!?

— ¡Porqué te puedes enfermar! ¡Ya se volvió un vicio peligroso, no paras de fumar cada dos horas! ¿¡No te das cuenta del daño que te ocasionas a ti mismo!?

— Lo sé perfectamente Takemichi. — la seriedad con la que habló paralizó a Takemichi — Es la única forma que tengo para callar esas malditas voces en mi cabeza, n-no quiero volver a lo mismo...

— Mikey-kun... 

El cuerpo de Mikey comenzó a temblar con fuerza, Takemichi con lágrimas en los ojos quiso acercarse pero al ver al de hebras blanquecinas alejarse al mismo número de pasos en que avanzaba, decidió permanecer en su lugar.

— Tú no sabes...

— Mikey-kun, yo-

— ¡Tú no lo sabes! ¿Qué deje de fumar? Qué gracioso, de todas formas aunque lo deje seguiría oliendo ese horrible aroma en mí — con amargura pronunció, y el enojo en Mikey aumentó — ¡¿Por qué sigues insistiendo en algo que ya no tiene salvación?! ¡Soy un fenómeno! ¡Nací como fenómeno y moriré como uno! ¡Un maldito fenómen-!

El hilo de voz de Mikey se cortó al ser estrujado en un fuerte abrazo, sus ojos oscuros se abrieron como dos platos al percibir las lágrimas del contrario mojar su prenda, y así, el temblor aumentó.

 — Takemitchy... Ya no soporto sus voces en mi cabeza, ya no quiero s-seguir sufriendo por ellos...

— Tu tranquilo estoy aquí. Estoy aquí contigo, solo enfócate en mi olor, cuando te sientas así, solo céntrate a mí Mikey-kun...

El azabache dejó fluir sus feromonas en ellos, y opacar al contrario que perduraba en el ambiente.

Mikey se aferró a los hombros de Takemichi para así sumergirse en aquel abrazo que tanto necesitaba, aspiró el olor hogareño y sencillo de la madera rodearlo, siendo el aroma característico del azabache. Aunque la misma esté contaminada con la suya.

— Tengo miedo de perder a la persona que más me importa — susurró Takemichi dejando que sus lágrimas caigan, como siempre llorando por el dolor de Mikey — Por favor Manjiro, por lo poco que aún te queda, deja de fumar...

Solo para Fumadores | TakeMikeyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora