En la cima absoluta del poder, los omegas son la supremacía en el dominio sobre las demás razas.
En un mundo adaptado a la imposición del más dominante, la obediencia y demanda son requisitos en la supervivencia; sin embargo, la excepción puede ser...
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Yoongi estaba un poco confundido.
Por lo que le habían dicho un par de días atrás, se encontraba en la que era su nueva habitación, y el alfa tuvo que esforzarse mucho para ocultar su sorpresa ante esa palabra desconocida.
Toda su vida la pasó en los grandes bosques, su especie era un tanto diferente a las demás porque ellos preferían permanecer en su forma lobuna antes que la humana, es por eso que se le complicaba mucho el simple hecho de mantener una conversación, más aún comprender lo que la otra persona quería decir.
Sin embargo, pronto descubrió que había una pequeña excepción con su amo.
No le conocía, pero no era tan tonto como para no saber los motivos por los cuales había sido cazado por el clan para ser llevado a la civilización. Yoongi sabía que de entre todos sus hermanos, él fue el escogido para pertenecer al omega de mirada profunda que, por alguna razón que desconocía, no había vuelto a ver.
Frunció el ceño ante aquello, ¿habrá hecho algo mal? Bueno, omitiendo la parte de su lenguaje, Yoongi estaba bastante seguro de haberse comportado, incluso le habían dado un baño profundo para quitarle el hedor de los bosques, y así dar una buena presentación.
¿Por qué no le había visto? Desde que llegó ha estado encerrado en una habitación que parecía ser cómoda, pero gracias a sus mismas dudas e inquietudes no ha podido disfrutar.
Suspiró y nuevamente miró por la ventana hacia el jardín trasero donde un par de cachorros jugaban, la comezón en su cuello había empeorado en las últimas horas; era una sensación irritable que le ardía horrores hasta hacerle gruñir y querer arrancarse el collar que le apresaba de manera dolorosa y ahogante, para así poder sentirse tranquilo.
No le gustaban las cadenas que le habían puesto, eran largas, pesadas y gruesas, capaces de enterrarse en su piel pálida y sensible para dejar marcas que no eran de su agrado.
Gruñendo por lo bajo, tomó entre sus manos el duro material y sin pensarlo mucho comenzó a mordisquearlo con insistencia. Los dientes mordían sin llegar demasiado lejos o hacer grandes cambios, la fuerza de su mordida no sería suficiente para partir aquella cadena, Yoongi lo supo cuando su mandíbula comenzó a doler duramente.
Tan concentrado estaba en morder y morder, que no fue consciente cuando la puerta de su habitación fue abierta, ingresando por ella un omega elegantemente vestido.
Jimin alzó una ceja en gesto interrogante cuando miró a su juguete tratar de romper la cadena con mordiscos insistentes. El ceño fruncido, los ojos cerrados y los bajos gruñidos le causaron diversión, más aún cuando el alfa dejaba escapar lloriqueos que demostraba la impotencia que seguramente sentía al verse encadenado.
Tan ingenuo y tan hermoso. El omega no pudo evitar lamerse los labios.
—¿Lograste algo? —preguntó en voz alta para hacer notar su presencia.