En la cima absoluta del poder, los omegas son la supremacía en el dominio sobre las demás razas.
En un mundo adaptado a la imposición del más dominante, la obediencia y demanda son requisitos en la supervivencia; sin embargo, la excepción puede ser...
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Los pasillos estaban oscuros, las antorchas apagadas y el silencio profundo.
El omega caminó con cuidado, no era conveniente que los guardias se percataran de su presencia, y aunque era un miembro importante del consejo, siempre existían preguntas que exigían respuestas.
Desde el último encuentro que tuvo con su superior, se dio cuenta que el tiempo estaba esfumándose sin permiso. Los omegas que terminaban muertos gracias al virus continuaban siendo una excelente distracción, tanto así que en la manada estaban infiltrados más de quinientos treinta alfas, quienes esperaban ansiosos por recibir las órdenes de atacar.
Sin embargo, existía un enorme problema con el que Suyin no contaba.
"Está aquí. Si los alfas notan su presencia, no obedecerán a nadie más que a él".
Las palabras dichas por 02 le causaron repulsión total. No podían permitirse errores, no cuando la caída del linaje Park estaba más cercana que antes.
Suyin tenía muchas ideas en mente, y entre todas ellas hablar con 01 era la principal. Su superior le pidió que lo vigilara, pero no estaba de más recordarle para quien trabajaba en verdad, y quizás así, tendrían un atajo más para llegar a la vulnerabilidad del líder y el sucesor.
Dobló por un pasillo amplio, bajó las escaleras hasta que finalmente llegó a la enorme puerta de hierro negro que le daba el ingreso al salón rojo.
Tecleó la contraseña en el panel y tan sólo segundos después la puerta fue abierta. El omega ingresó al lugar con lentitud, sus ojos frívolos veían de un lado a otro, permitiéndose respirar cuando notó que el lugar estaba solitario.
—¿Qué haces aquí?
O casi. Suyin miró a su izquierda, encontrándose con el alfa que tanto buscaba.
—01 —pronunció, sonriendo ladino cuando miró como el alto se tensaba—. ¿Prefieres que te diga Kim NamJoon?
—¿Qué haces aquí, Suyin? —repitió el moreno, decidiendo ignorar todo lo demás.
El omega terminó de ingresar, no sin antes asegurar la puerta. Analizó con cuidado al hombre que tenía frente a él, a un alfa condenado a vivir como un beta para crear un disfraz engañoso y sumamente letal; sin embargo, la lealtad del hombre estaba flaqueando, o eso era lo que el líder de la rebelión pensaba.
—El jefe pide reportes, NamJoon —inició con calma—. Te has desaparecido por meses, dejando ciego el punto más importante para nosotros.
—¿Qué me dices tú? —inquirió el alfa—. Eres parte del consejo, ¿no resultas más útil?
—Lo soy, por ello ya está la trampa para asesinar a Park YoonWoo —informó vanidoso—. Sin embargo, nada de eso tendrá importancia si no podemos sacar del camino a Park Jimin, ¿estás de acuerdo?