11 - Ojos encantadores

1K 130 4
                                    


Con una barra de pan francés y otro pastel de chocolate en sus brazos, Amelia llamó a la puerta de Luisita. La cara de Luna apareció detrás de la mosquitera unos segundos después. Sonrió mientras empujaba la puerta y tomaba el pastel de la mano de Amelia.


− ¿Cómo están Bounce y Bieber?


− Salvajes, − dijo Amelia con una sonrisa. − Jugué con ellos todo el día entre pacientes. − Siguió a Luna hacia la cocina.


− Estoy tratando de convencer a mamá para que permita que Peepers tenga un gatito con quien jugar. Hasta ahora, solo consigo un ni hablar. − Luna miró por encima del hombro. − ¿Hablarías con ella sobre eso?


− Oh, no, estás por tu cuenta. Esa discusión es entre tú y tu madre.


− ¿Qué discusión? − Preguntó Luisita cuando Amelia entró a la cocina.


− Cualquier cosa que caiga debajo de pájaros, abejas y gatitos. − Amelia puso el pan en el mostrador. − Esto es nuevo, según Inga en T−John.


− Gracias, cariño, − dijo Manolita desde donde agitó una olla grande en la cocina.


Luisita rizó el cabello de Luna.


− Cariño, ¿correrías al lado de abuela y sacarías el té de su despensa?


 −Sí, señora. − Luna salió por la puerta trasera en un instante.


− Escuchamos sobre la huevada. Lo siento mucho, Amelia − dijo Luisita con tristeza.− Estaré feliz de ir después de la cena y ayudar a limpiar.


− Gracias, pero contraté al primo de Deana, y él se encargó de eso hoy. Tendré que irme si Benigna llama. Está tramando algo y me ha dado instrucciones estrictas de seguir.


Manolita se rió entre dientes pero mantuvo de espaldas.


− Me encantaría saber qué es lo que tú y Benigna están preparando, pero no quiero discutir esto delante de Luna. La noticia la molestará y probablemente la asustará más con los McCreedy. − Luisita se sirvió un vaso de té y se lo entregó a Amelia.


− ¿Tuvo ella algún problema hoy? − Preguntó Amelia.


Luisita negó con la cabeza.


− Pablo estaba aquí cuando ella se bajó del autobús. Dijo que los chicos no se presentaron.


Amelia sonrió a Luna cuando entró corriendo por la puerta y dejó caer la caja de bolsas de té en el mostrador.


− Wow, eres rápida, niña.


− Gracias, soy la chica más rápida de la escuela. 

Luimelia en - El Secreto de Sta. ClaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora