Cinquante Huit.

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Jaemin pensó que los detalles bonitos que le daba Jeno pasarían a la historia cuando su relación fuera más sólida.

Pero estaba equivocado.

Lo comprobó el día en que cayó en un terrible resfriado y no pudo levantarse de la cama.

Jeno se encargó de cada cosa en la casa para que él estuviera tranquilo, incluso salió con su pequeño hijo para que Jaemin pudiera tomar una siesta por el dolor de cabeza insoportable que tenía. Hasta el naranja de su piel se veía más opaco.

El chico de la euforia se sintió tan bien cuando Jeno le arropó en la noche y se acostó a su lado.

Jeno era tan diferente a cualquier chico que hubiera conocido antes.

Era especial.

Ya no tenía que pedirle deseos a la estrella fugaz de la noche, porque Jeno había bajado de las estrellas para él.

Jaemin aprovechó la distracción del chico de la tranquilidad y cambió su posición, sentándose sobre las caderas del de piel celeste. Lo miró sonriendo, con las mejillas rojas por la presente fiebre o quizá por la vergüenza.

Gracias, Jeno. Murmuró bajito, una de sus manos acarició la mejilla de su pareja.

¿P-por qué? Jeno pudo murmurar a penas, no pudiendo concentrarse realmente. El color azul marino de sus mejillas delataba su sorpresa y vergüenza. Las pequeñas luces revoloteando al rededor de Jaemin.

Por elegirme, por volver a mis brazos, por quedarte a mi lado aún con todas las dificultades. . . Por dejarme tener a la estrella más brillante del mundo sólo para mi.

 Por dejarme tener a la estrella más brillante del mundo sólo para mi

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COLOURS (ADAPTACION) NOMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora