❝Hay una ciudad donde cada persona tiene un color especial y un significado propio.❞
Esta historia no me pertenece
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Con Jeno progresando y los días pasando, el chico de colores cálidos había dejado de preocuparse tanto por el exterior. Es decir, sabía que su bebé estaría sano y salvo con ambos, y ahora el pequeño no había hecho más que acciones bonitas para que ambos pudieran sonreír, como la vez que hizo que sus padres tuvieran una nubecita que dejaba caer nieve blanca y fría sobre ellos después de haberlos escuchado decir que extrañaban el invierno. Pero en el fondo, lo que viniera de la puerta hacia fuera de su hogar, siempre sería aterrador.
Jaemin, en el fondo de su alma, sabía que en algún momento algo malo sucedería otra vez, pero prefería que no ¿por qué las cosas no podían ser así de bonitas siempre? Lo único predecible de la vida, es que es impredecible, como él había escuchado en algún lugar. Sabia era la persona que lo había dicho.
ㅡ Jen, Jeno...ㅡ La voz bajita salió, siempre intentando ser lo más tranquilo y suave que podía para no alarmar a su pareja, y el de cabellos anaranjados entrelazó sus dedos con los del más bajito, mirando el contraste de sus pieles, tan diferente, pero tan cálido, tan correcto a la vez.ㅡ ¿Duermes?
ㅡ Dormía...ㅡ Murmuró el otro, bostezando y dándole la mejor de las sonrisas al amor de su vida. Claro, si fuera otro, Jeno sabría que con un movimiento de sus manos habría golpeado con sus lucecitas a la persona que lo hubiera despertado hasta que se marchara, pero con él jamás podría haber actuado tan mal, no de nuevo.ㅡ ¿Ocurre algo?
No ocurría nada, pero ocurría de todo a la vez, tanto así, que el chico de la euforia no pudo explicarle con palabras las cosas que pensaba, simplemente se acercó hasta el ajeno, y comenzó a dejar pequeños besitos en sus mejillas, hasta llegar a esa boquita que tanto le gustaba y hacer que Jeno por fin abriera los ojos del todo.
ㅡ No pasa nada, solo te amo, te amo tanto que podría morir. Te amo tanto que si te fueras, desaparecería a la semana, no, al día, a las horas, al minuto de que te fueras, no te vayas.
El azulado solo rió, no podía hacer más tampoco, e hizo que las lucecitas que salían de sus manos hicieran su trabajo, posando cada una de ellas en lugares distintos de su habitación, agradeciendo haber vuelto hace algunos días.
ㅡ En esta habitación, hay una luz en cada lugar que te he besado.ㅡ Murmuró, haciendo que el otro se sonrojara, el mismo color de las hojas de otoño furiosas y hermosas por caer en el piso.ㅡ Y esos recuerdos permanecerán por siempre. Cada vez que me extrañes, piensa en ello, y en todos los besos que te daré de aquí hasta el fin, porque vaya que quedan demasiados besos, quizás unos mil, quizá un millón. Pero créeme que si fuera por mí, estaría contigo en esta y todas las vidas que nos queden por delante. Sé que soy un debilucho, ya sabemos que tú eres el chico rudo de la relación y que nos protegerás bien, pero que sepas que haré todo lo posible porque jamás te sientas inseguro otra vez, porque tú eres la alegría en la vida, y no lo digo solo por lo que representas, eres necesario y no sé qué haría el mundo sin ti.
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