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3deseptiembre,1939-cercadeunañoantesdeDunkerque
—Alemania invadió Polonia.
El Comandante Bolton saco su uniforme azul marino del armario de madera esa mañana. El uniforme estaba decorado con muchos botones e insignias. Una gorra azul marino descansaba en el gancho al lado del armario.
Alice Bolton se paro en la puerta luciendo preocupada.
—Inglaterra ha declarado la guerra —el dijo en voz baja, mirando a su hija de veintidós años.
—¿Ya te vas?
Alice pregunto en un tono preocupado mientras su padre colocaba su uniforme dentro de la maleta junto con un puñado de otras prendas.
—Necesitan a todos los ofíciales — el dijo simplemente y cerró la cremallera de su bolso—. Esos alemanes se han vuelto completamente locos.
—¿Por cuanto tiempo te vas? —pregunto, cruzándose de brazos.
El comandante bolton suspiro. —Por el tiempo que me necesiten.
Alice bajo la mirada al suelo, luciendo herida. El apretó los labios en una línea fina y levantó la barbilla de su hija.
—Si la guerra llega aquí, cariño. Quiero que-
—No me digas que huya —Alice lo interrumpió, sus ojos azules se tornaron duros. Tenían el mismo color de ojos, la misma piel marfil. El cabello de ella era más claro que el de el.
—Porque no lo haré.
—¿Tu? ¿Huir? Nunca pensaría eso ni en un millón de años —el rio—. Iba a decir que necesitas protegerte y proteger a los demás. Pase lo que pase, sigue luchando y nunca te rindas, no importa lo mal que se pongan las cosas amor, mantén la cabeza en alto y tus miedos atrás... y mantén mi yate agradable—agregó.
Alice rió, conteniendo las lágrimas. El la envolvió en un abrazo, frotando su mano sobre su cabello. Ella lo vio bajar las escaleras de su apartamento y subir al vado que lo llevaría a la base naval.
Desde allí sería enviado a las partes más peligrosas del mundo para tratar de mantener la paz. Arthur su novio, subió las escaleras unos minutos después de que el auto desapareciera y entró al apartamento. Tenía un sándwich en sus manos.
—Espero que te hayas despedido, quien sabe si volverá.
—¿Porque tienes que decir mierda como esa? —dijo Alice en un tono monótono mientras se quedaba junto a la ventana que daba a la calle de la ciudad.
