⋆♡⋆》𝘖𝘯𝘦-𝘴𝘩𝘰𝘵 3《⋆♡⋆

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Era un día soleado, te encontrabas en un almacén de comida ¿La razón? Simple el mundo se había vuelto un caos, había sangre por los pisos, ventanas rotas, cuerpos de hombres muertos en dónde sea que mirases, por suerte habías encontrado un lugar seguro.

En el mismo momento que andabas pensando que había pasado en este mundo, la puerta se abre bruscamente, dejando ver a un hombre delgado y con un traje elegante, color morado con negro. Al parecer estaba herido, por lo que no sería una amenaza, pero tu gran corazón no te dejaba el ignorarlo y no ayudarlo, así que cuando se desmalló aprovechaste y empezaste a curar sus heridas.

Una vez ya curadas dejaste que durmiera tranquilamente en un colchón el cual utilizabas de cama, mientras dormía tú te fuiste a buscar algunos suministros para 2 personas.

Luego de aproximadamente 2 horas buscando suministros, regresaste encontrándote con el hombre ya despierto y apuntándote con un palo de fierro.

—¿Dónde carajo estoy? Y ¿Quién eres tú?—decía apuntándote con intenciones de amenazar algo que no estaba funcionando, ya que estaba bastante herido y no podía hacer movimientos tanto de ataque como de defensa.

—Estás en un almacén y yo soy ___—decías tranquilamente, aunque estabas algo nerviosa.

—¿Tú sabes en qué problema te has metido?—dijo para luego reír bastante escalofriante, pero aun así te mantuviste firme.

—No, pero no pierdo nada ayudando a alguna persona—el hombre se quedó sorprendido por tu respuesta, ya que estaba acostumbrado a que lo tratarán de loco y se alejaran de él, dejándolo malherido.

Luego de esa conversación hubo un silencio que para ti fue algo incómodo, ya que te miraba demasiado, no siquiera parpadeaba, en un intento por despertarlo de su trance te acercaste, pero al hacerlo él te agarro de la muñeca acostándote bruscamente en el colchón quedando él encima de ti.

Al aver este acto sentiste un escalofrío recorrer tu columna, luego se acerca a tu oído y susurro.

—No me dejes, por favor—te sorprendió bastante esa confesión.

—No te dejaré lo prometo—se alejó un poco de tu oído y te miro a los ojos viendo si decías la verdad o si lo decías para que se alejara de ti.

—Gracias...—Luego de decirte eso te abrazo mientras seguían acostados.

Y así pasaron algunos meses mientras se recuperaba de su herida. Mientras más se iban conociendo más empezaron a notar sentimientos el uno al otro, pero para no arruinar lo bien que se llevaban por unos sentimientos. Los cuales pueden que se vallan luego de que William se recupera, decidieron no decir nada, pero tarde o temprano uno de ustedes se daría cuenta de que no pueden vivir sin el otro.

—Oye ___ quiero decirte algo—Dijo William mirándote con un leve sonrojo y nerviosismo.

—Claro, dime Willi—Le dijiste mirándolo a los ojos y acercándote a él lentamente.

—B-bueno y-yo... a la mierda esto—te tomo de hombros y te dio un beso en los labios, al principio dulce, pero al tu corresponderle fue subiendo a uno apasionado.

—Wi-ll—Estabas siendo interrumpida por el beso el cual William no quería parar y fue hasta que le apretaste un poco el hombro que se dio cuenta de que te estabas quedando sin aire.

—¿Qué pasa muñeca?—dijo sonriendo por la expresión de tu rostro, el cual estaba rojo y tus labios estaban un poco más rojos por el beso.

—B-bueno es que yo todavía soy virgen y-y emm—volteaste a ver a otro lado por la vergüenza, lo que le causó ternura a William.

—Tranquila dulzura lo haré despacio y luego veremos cómo seguirá—Dijo pasando su lengua en sus dientes mientras te miraba con lujuria.

—E-está bien-— te interrumpió volviendo a besar tu boca, pero esta vez introduciendo su lengua a tu boca y explorando.

Entre más besos te daba más, ibas retrocediendo para terminar acostada en aquel colchón con él encima sin escapatoria, claramente no te diste cuenta cuando tomo una soga mientras se dirigían al colchón, y te ató las manos dejándote inmovilizada completamente a su merced.

Luego de atarte te contemplo por un momento, para sus ojos eran preciosa, y luego empezó a lamer y morder tu cuello, marcándote cómo suyo.

—Mgm~... William~...—no pudo resistir y rompió tus ropas dejándote completamente desnuda.

—Oh... nena no sabes cuánto he esperado por esto—y dicho eso empezó besando tus pechos, bajando lentamente a tu zona sensible y meter 2 de sus dedos.

—Mgh William se siente muy bien~...—Empezaste a mover tus caderas al ritmo de sus dedos y cuando se detuvo lo miraste con el ceño muy fruncido.

—Tranquila pequeña conejita... recibirás algo mejor que mis dedos—dijo mientras lamía los dedos, los cuales estaban lubricados por tus jugos.

—¿Y eso que e-—tu pregunta fue interrumpida, ya que William metió su pene erecto haciendo pequeñas embestidas para no lastimarte.

—Oh... sí... está tan apretado...—empezó a dar más embestidas mientras lo único que podías hacer tu era gemir su nombre una y otra vez.

Y así fue hasta que se vinieron juntos teniendo un hermoso orgasmo mientras tú estabas sin fuerzas, William te tapo con una sábana que se encontraba ahí cerca y se acercó a tu oído para susurrar.

—Desde este momento, eres mía y te aseguro que no te vas a escapar de mí tan fácilmente—.

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Wιʅʅιαɱ × Tυ ₍ₒₙₑ₋ₛₕₒₜₛ₎ [lemon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora