Cap. 7

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·˚⋆·˚ ——— s i e t e

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¿reconciliación?


[...]

—"Harls, sé que debes de estar con aquel chico de la fiesta. Pero pasaré por ti en 10 minutos, te tengo una sorpresa, espero y escuches esto, si es que puedes, colócate algo formal. Te amo."

Finn, agitado y ansioso, se miró una vez más en el espejo, con el traje negro impecable y una corbata ligeramente torcida que le inquietaba. Al ajustarla, su mente se llenó de la imagen de Harley, la persona a la que anhelaba impresionar. El cabello era otro desafío, un acto de equilibrio entre casualidad y elegancia que siempre le costaba dominar.

El muchacho al estar listo se aplicó un poco de perfume y salió de la habitación, dirigiéndose hacía la cocina, para así tomar un gran ramo de rosas, las favoritas de Harley de hecho. Tomó sus llaves y salió de su casa, no sin antes cerrar la puerta.

Un abismo emocional lo asaltaba. Estaba decidido a reparar las cosas, pero la incertidumbre y la angustia carcomían su confianza. Las últimas semanas habían sido tortuosas, la distancia y el silencio de Harley lo habían sumido en un mar de dudas y lamentos.

[...]

Por otro lado, Harley yacía en su sofá, absorta en una serie, una pequeña bolsa de dulces y los pensamientos que la mantenían distante. Cuando el teléfono vibró, el nombre de Finn solo trajo un atisbo de molestia. Le colocó pause a la serie que estaba viendo y reprodujo el audio que le había mandado el azabache hace unos minutos atrás.

"Harls, sé que debes de estar con aquel chico de la fiesta. Pero pasaré por ti en 10 minutos, te tengo una sorpresa, espero y escuches esto, si es que puedes, colócate algo formal. Te amo."

Al reproducir el mensaje, su rostro reflejó confusión y desinterés. Tiró su teléfono a un lado, desinteresada en la propuesta de Finn, incapaz de hallar la fuerza para enfrentar cualquier intento de reconciliación.

[...]

Finn, con el ramo de rosas en mano, llegó a su destino con la esperanza menguante. Se bajó del auto, ansioso, consultó su teléfono en busca de alguna respuesta de Harley, pero el silencio aún prevalecía. Sin embargo, decidió entrar, tocó el botón y se cerró el ascensor.

Movía sus manos con nerviosismo, consciente de su error. Anhelaba repararlo, pero se encontraba perdido en un mar de dudas. Cada intento por enmendar lo sucedido parecía infructuoso, mientras el tiempo implacable se desvanecía entre sus dedos.

Frente al apartamento de Harley, la ansiedad se transformó en temor. 

Tocó el timbre, su corazón latiendo con fuerza mientras esperaba. Cuando la puerta se abrió, el desaliento se apoderó de él al ver a Harley en pijama, lista para rechazarlo nuevamente.

—Yo...

—Escuche tu mensaje, pero no tengo ganas de salir, y mucho menos contigo.

—Sé que estás enojada y tienes todo el derecho de estarlo, pero quiero arreglar las cosas. No puedo dormir por las noches, estoy atormentado por el sufrimiento que te he causado todo este tiempo. Me siento culpable, estoy desesperado, quiero que me perdones —Finn, devastado pero determinado, reconoció sus errores con sinceridad, siendo incapaz de esconder el pesar que lo estaba abrumando.

—¿Y Claire? Seguro que algo sucederá, y tendrás que irte... como siempre —su voz se quebró en un susurro.

Finn, sujetando su rostro entre sus manos, se esforzó por transmitir la sinceridad de sus palabras.

—Claire está fuera de la ciudad. No hay posibilidad de que me llame y vaya donde ella. No habrá interrupciones. Harls, por favor, dame una última oportunidad. Si algo sucede, si vuelvo a fallarte, te prometo retirarme y dejarte en paz para siempre. Y... te dejaré ser feliz con ese chico de la fiesta.

—Está bien. Déjame ir a bañarme —la respuesta de Harley ablandó un poco el corazón del chico, quien la abrazó con lágrimas de alivio. Sus ojos brillaban como nunca antes.

—Te esperaré todo el tiempo que sea necesario, con tal de estar contigo, todo vale.

Con una sonrisa, Harley se apartó de la puerta y le cedió el paso. Dejando pasar al ondulado, quien tenía una gran sonrisa.

—Si quieres puedes esperarme allí —apuntó al sofá que aun tenia dulces desparramados. —Si quieres comer hay comida en el refrigerador, y aquí está el control por si quieres ver la televisión.

—Gracias, aquí te espero —dijo con una sonrisa, Harley también sonrío y se dirigió hacía su habitación, en busca de algo formal.

[...]

—¿Está bien así? ¿O es demasiado formal? —Harley buscó la aprobación en Finn, quien quedó atónito ante su deslumbrante apariencia.

—Te ves impresionante. Y no, es perfecto para la ocasión.

—Voy por mi bolso y vuelvo.

Fue hacia su habitación y tomó su pequeño bolso color negro. Se miró por última vez en el espejo, arreglando su cabellera algo desordenada. El vestido negro, ceñido a su figura, y los botines del mismo complementaban su estilo.

Antes de salir de la habitación, agarró una chaqueta de mezclilla de color celeste. Al volver, encontró a Finn ajustando su corbata, y al verla, sonrió con admiración.

—¿Lista para irnos? —preguntó el chico, tomando el ramo de rosas. Harley asintió en respuesta. —Ten, son para ti.

Harley tomó las rosas y las colocó en un florero con agua, pero la mención de los tulipanes de Asher desencadenó un temor repentino.

—¿Y esos tulipanes? —su voz llevaba un matiz de preocupación.

—M-me los d-dio Asher... —titubeó la chica al responder, notando el cambio en la expresión de el muchacho.

Tragó su ira y forzó una sonrisa, un gesto que reflejaba más amargura que alegría.

Esas fueron sus últimas palabras antes de abrir la puerta y marcharse con Finn hacia un destino desconocido, pero con la esperanza de una reconciliación que pendía de un hilo.

𝐑𝐔𝐌𝐎𝐑𝐒 | Finn Wolfhard [ ✓ ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora