Había silencio en la casa cuando Harry y Draco regresaron. Los dos chicos subieron sigilosamente las escaleras hasta sus dormitorios. Donde antes tenían hambre, sus estómagos estaban anudados y era imposible que les entrara otro bocado en la garganta. Harry sintió que el corazón le latía en la garganta y vio en el rostro pálido de Draco que su amigo no estaba mejor.
No había euforia, no había un momento de pura adrenalina que pudiera hacer que los chicos se sintieran mejor. Se sentían tensos, paranoicos y terriblemente cansados. Muy cansados.
Sin hacer ruido, miraron con cuidado al doblar la esquina de la habitación. Vieron a Corvus sentado con un libro abierto frente a él. Llevaba un vaso grande y casi vacío en la mano, cuidando la bebida como un salvavidas. Oyeron a Corvus soltar un profundo suspiro, tras lo cual el hombre se pasó cansadamente una mano por su pelo canoso.
-Vamos, Harry-, susurró Draco mientras caminaba por el pasillo hacia su dormitorio. Una vez en el dormitorio de Draco, el chico rubio se volvió hacia Harry y lo miró atentamente. -Parece que los demás aún no han vuelto. Vayamos a la cama y mañana... se lo diremos mañana-.
Los ojos grises de Draco estaban preocupados, y su típica mueca arrogante no aparecía por ningún lado. Harry podía ver que los acontecimientos del día le pesaban mucho. Su amigo estaba acostumbrado a actuar según las reglas y, por lo demás, a sortearlas sin problemas. Ahora que había probado las consecuencias de sus acciones, no quedaba nada de la gracia que caracterizaba al rubio Slytherin.
Harry buscó los ojos de Draco y asintió lentamente. -Mañana-.
-Mañana-.
《*********》
La mañana llegó antes de lo que Harry hubiera querido. Era temprano y la casa estaba en silencio. Las palabras de despedida de Bohm resonaron en los oídos de Harry.
"Ángel de la muerte... ángel de la muerte".
Posiblemente era un nombre más apropiado para Harry de lo que Bohm podría haber pensado. La señal de Ekrizdis era más peligrosa de lo que él creía posible. El éxtasis que había sentido al sacar la magia de los cuerpos de los hombres en la biblioteca era abrumador. Sintió la fuerza electrizante en las puntas de sus dedos, sintió la energía burbujeante justo debajo de su piel. Era una sensación de poder dominante a la que quería entregarse, sometiéndose a la sensación adictiva que le proporcionaba el tatuaje.
Mientras Harry se vestía, se dio cuenta de que no era prudente apreciar esta sensación. Cualquier persona sensata vería que entregarse a esa Magia Oscura sería irresponsable y simplemente estúpido. Pero Harry no podía evitar sentir un anhelo por esa sensación, la sensación que le producía un delicioso escalofrío en la columna vertebral, tensando los músculos en busca de algún tipo de liberación.
Estaba tan absorto en sí mismo que no se dio cuenta de que Rabastan no estaba acostado a su lado en la cama. Tampoco se dio cuenta de que el crujido de las escaleras parecía reverberar en una casa vacía, donde ese sonido era normalmente recogido por las conversaciones amortiguadas en las distintas habitaciones y las suaves pisadas en el suelo.
No fue hasta que Harry abrió la puerta del comedor y no fue recibido por las caras familiares de las personas que ahora llamaba familia, que Harry se dio cuenta de que algo extraño estaba pasando. Esta sensación se confirmó cuando vio a Draco sentado a la mesa, con toda su postura tensa y rígida. Sin embargo, la visión del tenso Malfoy no fue tan impactante como ver a Snape a la cabeza de la mesa.
La formidable figura oscura estaba sentado con una pierna sobre la otra, leyendo un periódico. Las imágenes se movían, como era habitual en un periódico de magos. Si hubiera sido una mañana normal, Harry no habría prestado atención a las fotos por segunda vez, sin embargo, al ver a la pareja estadounidense Jack y Martha, sus ojos verdes pasaron de las fotos al título en negrita de la primera página.
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A CHANGE OF HEART
Fiksi PenggemarDespués del enfrentamiento en el Ministerio, Harry tuvo que huir a los Países Bajos, donde la familia Lestrange tiene una casa en los canales de Ámsterdam. Los libros que trajeron del Departamento de Misterios no ofrecen nueva información y su búsqu...