Capítulo 7 - Desolados.

98 37 113
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Velglenn, antes de que partas —añadió el anciano—, necesitas conocer más el lugar al que te diriges

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Velglenn, antes de que partas —añadió el anciano—, necesitas conocer más el lugar al que te diriges.

—Lo que me ha dicho, ¿No ha sido suficiente?

—Por supuesto que no. Escucha con atención. —Vas'thút se detuvo un momento, retuvo su respiración para luego exhalar fuerte—. Ya sabes que al árbol se le conoce como Adamas, sin embargo, la colina no tiene nombre, o más bien, no quisimos darle uno, la gente la llama como quiere, pero te puedo asegurar que todos los nombres son terribles.

—Está bien, escucho.

—Las Lullares te llevarán hasta los límites del bosque, después, en una piedra enorme encontrarás una marca, una mancha en color rojo; sea lo que sea que encuentres al cruzar esa línea, ya no será parte de lo que conoces. Nunca dejes de caminar, aunque sientas que te pierdes, que das vuelta sin ningún rumbo, siempre camina hacia adelante. Por nada del mundo retrocedas —Velglenn sintió un escalofrío recorrer su cuerpo—, y no cambies de ruta a pesar de lo que escuches. No sabrás si es de día o de noche, pero cuando te sientas cansado, verás unos árboles marcados con el mismo símbolo que viste al principio, solo en esas zonas podrás estar seguro, en ninguno más. —Vas realizó un énfasis en la última frase.

—Esas marcas ¿Quién las colocó?

—Cada diez años enviamos a los jóvenes más fuertes, necesitan de una concentración y fuerza física destacable, a pesar de lo mucho que se preparan, es la mayoría que no vuelve, pero los que han logrado regresar, han marcado los lugares en donde el mal no llega, en donde la protección es fuerte.

—Deberíamos quemar todo el maldito bosque —resopló.

—Por supuesto que no —repuso Vas de inmediato—. Mira la tierra cómo defiende lo que es tan importante, lo que le pertenece, ¿Qué crees que harían si descubrieran esa maravilla? La madre naturaleza es sabia, hijo.

—Lo siento, soy un mal mago, lo sé, y estar cerca del rey Haldión podría enloquecer a cualquiera. —Velglenn bajó la mirada, se sentía avergonzado.

—Claro que no, cuando tenía tu edad era igual, pero todo esto fue por nuestra culpa, por no matar a los reyes encargados, aunque tuviésemos oportunidad de hacerlo.

AMANTES EN HIERRO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora