Parte 6

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Recolección ya estaba ahí, eran los emisarios de bajo rango, aquellos que buscaban almas de delincuentes o en el caso de esta alma que intentaba ayudar a su esposo vivo, almas en fuga.

Ryeon sabía lo que debía hacer asi que lo dejó todo en manos del señor Im y decidió huir con el señor Choi y el alma fugitiva.

No importaba si Park JoongGil decía que no se metiera en su camino ni en su labor, pero por tener éxito estaba dispuesta a soportar su desprecio y toda la porquería que él deseara echarle encima para desacreditarla.

No tenía ninguna intención de volver al infierno hasta no salvar a la persona que debía salvar (que aún no se manifestaba) y aunque todavía lo amara, a pesar de haber cortado lazos con él, no iba a permitir que él la detuviera.

Siempre estaba repitiendo eso y quería creer que era cierto aunque amara a JoongGil, no podría volver al infierno por su causa, había motivaciones incluso mas grandes que él y ella juntos y sus destinos rotos.

De igual manera lo que hacía en ese momento, obstruir su trabajo, no tenía potencial de dañar a Park JoongGil sino a su reputación de ser el mejor jefe del mejor departamento de Jumadeong. Una dosis de humildad no le vendría mal pero no era momento de pensar en ello. Ahora solo importaba salvar al esposo de alma fugada para evitar la disolución del grupo de gestión de riesgo.

Maldición, ahí estaba de nuevo Park JoongGil, tenían que huir y rápido, si el alma desaparecía no habría modo de que salvaran al esposo de suicidarse.
Intentó escapar nuevamente pero el alma se les perdió a ellos también. Su mano empezó a doler con el poder de supresión del anillo cuando intentó localizarla con magia de Jumadeong. No podía usar poderes y el anillo estaba indicandolo. Maldito castigo. ¿Por qué Jumadeong les daba poderes sin no podían utilizarlos en beneficio de sus propios trabajos?

Percibió la presencia del señor Im retrasando a Park JoongGil. Tenía que detenerlo o el primero era capaz de matar al señor Im. Desmaterializó su presencia hacia el largo pasillo fuera de la clínica/hospital en donde, tal como lo pensó, el señor Park ya había reducido al poderoso señor Im.

-Suéltalo  - les dijo mirándolos a la distancia. No había nada mas que hacer, solo existía una salida y era la unica que podia usar si deseaba que todo ese caso terminara con bien -Su gerente de equipo no tiene poderes - levantó su mano de dedos delgados y largos, la cual se hallaba ligeramente carbonizada, producto de la restricción de poderes, para mostrar la veracidad de sus palabras -  Y él solo seguía mis órdenes -

Park JoongGil la miró y luego soltó a Lim que cayó con fuerza al piso en búsqueda de abrir sus vías respiratorias.

El señor Choi se haría cargo del señor Im, pensó Gu Ryeon mientras la única salida seguía materializandose en su mente lista para abandonar su boca en el momento en que fuera necesario.

-A partir de ahora mi equipo se encargará de esa alma - dijo Ryeon señalando al joven espíritu, que llorosa seguía de pie escudándose al lado de Im y Choi.
-No puedes- negó JoongGil enviando dagas de odio con su mirada hacia Ryeon.

-Si te la llevas presentaré una queja por obstrucción de trabajo - amenazó la emisaria Gu. Ambos sabían lo improcedente de esa amenaza, pero eran solo palabras retrasando lo inevitable.
JoongGil miró hacia el señor Im, en su interior aún incrédulo de que ese emisario se hubiera atrevido a hacerle frente. Eso demostraba lealtad a Ryeon y eso, aunque rescatable, era igual de desagradable. No comprendía como alguien podía ser leal a esa traidora.

-Es cuestionable quien obstruye a quien. El castigo por ocultar un alma fugitiva es aún peor -

No sabía si hablaba con Im o con la mujer que caminaba hacía el. Ni tampoco comprendía si la severidad del castigo hacia ella le afectaría en algo especialmente.

TOMORROW'S REAPERSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora