Parte 16

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Gracias por sus mensajes y votos. Me llena de nostalgia que estén aún aquí. El viaje desde la última vez que actualicé hasta hoy ha sido algo terrible. Pero nuevamente y como ya saben. Nada queda inconcluso, así se demore un poco. No de mi lado. 

16

"No me avergüenzo de nada en mi vida. Pero ¿Cómo puedo vivir viéndote cambiar, sabiendo que yo soy la responsable de todo esto?"

El dolor del corte nunca menguaba. Era un recordatorio constante en la piel de Ryeon. Lo recordaba tan claramente como si toda esa hecatombe hubiese ocurrido el día anterior. Los sentimientos, pensamientos y rencores de ese momento estaban tan claros en su mente como privilegio/maldición de las parcas. Efectivamente hablaba de su adorado esposo. Aquel que seguía cambiando su manera de ver la vida... por culpa de Ryeon.

"El destino dictó nuestro final en la tierra de los vivos"

Cada gota de sangre que comenzó a derramarse de su vena cortada. Cada punto brillante que empezó a nublar su visión. Cada respiración agónica que hizo que se recostara en esa estera a esperar a la muerte que vendría por ella, era un sutil recordatorio de su falla como humano, como esposa... como todo.

"Lo siento mucho"

Era curioso que el cruel destino decidiera que ella era material de parca.

Desde el momento en que exhaló su último aliento y su alma maldita fue transportada al pasillo infinito del infierno, Ryeon esperó que ese fuera su para siempre, por toda la eternidad. No merecía nada más y era consciente de ello, lo aceptaba como sabía que lo haría desde el momento en que la daga se clavó en su frágil piel cortando todo el tejido; caminar eternamente para, de algún modo pagar lo que hizo y el sufrimiento que causó.

Ahora, mirándolo como un todo, consiguió nada. No era nada. Solo un alma más en el infierno, que dejó que la superaran las cosas negativas y decidió que lo mejor era acabar con su vida. Ahora su destino era caminar y desvanecerse. Si tenía ese privilegio.

"Sin respuesta a mis preguntas. Sin saber qué fue aquello que sentí que arrancaron de mi en el momento entre mi muerte y mi traslado al pasillo"

¿Dónde estás? ¿Quién eres? ¿Eras parte de mí?

Su alma estaba inquieta. Parecía querer preguntar por algo y aunque tenía conciencia Ryeon no sabía qué era lo que le hacía falta. No tenía la más mínima idea y en medio de todas las voces que gritaban en su cabeza, de los demás habitantes del infierno caminando en el pasillo sin fin, esa que se preguntaba dónde estaba lo que arrebató de sí misma se alzaba sobre todas las demás.

***

El señor Choi bajó la mirada incapaz de seguir contemplando a la emperatriz de Jade mientras ella salía de su cabeza, después de reproducir en sus células cerebrales, el pasado de la señora Gu. El joven no podía evitar tener recuerdos de los momentos intensos que vivió con su jefe, desde que la conoció. Intensos y especiales porque ella le inspiraba respeto y, ahora, una compasión que parecía no tener final. Comprendía un poco la manera en que ella se esforzaba por encaminar bien a las almas descarriadas que deseaban partir del mundo real. Comprendía cada profunda palabra que ella expresaba por su boca insolente para convencer a la gente de que aun tenían un motivo por el que vivir. Ella proyectaba en esas almas las palabras que deseó tener en aquel horrible momento donde decidió auto aniquilarse, cegada por solo lo negativo y por lo que, según ella, le hacía a su esposo.

Aun le costaba creer que ella y el señor Park hubieran estado vinculados en el pasado. Él mismo, testigo del odio manifiesto que esa parca superior sentía por su jefa, lo veía actuar rencorosamente hacia ella. Comparar esa actitud a como la trataba en el pasado era chocante.

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⏰ Última actualización: Sep 23, 2023 ⏰

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