“Guardianes, seres que se encargan del mundo y de sus pueblerinos. Deidades bendecidas por la mismísima madre, hijos de estos mismos y que en su adultez serán los que prosperen en sus tierras. Sus vidas serán apreciadas hasta el final de sus días .”
Cerró aquél libro, no podía leer más mentiras y absurdeces, estaba cansado de eso. ¿La realidad? Nada de eso era cierto. Si era cierto que debían de encargarse de los pueblerinos pero no tienen ni el poder ni la prosperidad del mundo. Eran peones en un juego de ajedrez interminable…Al menos así lo sentía Laín desde que tenía uso de razón. Pasó sus manos por la vieja estantería y dejó el libro donde se encontraba antes de haberlo tomado. Debía devolverlo a su hermana en algún momento pero tampoco le apetecía inventar excusas cuando claramente se lo robó.
— Señor, aquí tiene su copa.- un apuesto hombre entró a la habitación del guardián sin siquiera llamar con una copa con un licor rojo en su interior. No era otra cosa que sangre, bebida digna para un vampiro como su señor.
— Gracias.- la tomó con cuidado y le dió un sorbo para luego relamerse los labios, miró la copa, adornada de plata y minerales rojos.- ¿De qué es? - le preguntó mientras se sentaba en un cómodo y gran sillón decorado con el mismo color que la copa.
— Jabalí.- el sirviente se acercó a él y se sentó en la silla más cercana al guardián el cual suspiró con un rostro pensativo.- Siento que no sea de tu agrado, habían pocos animales en el bosque hoy.
— Al contrario, Henzo, está delicioso.- le respondió acomodándose. Dejó la copa a un lado y con su puño se limpió lo sucio de sus labios.- ¿Está controlada?
— ¿El aura dices? No han habido señas de desplazamientos en estos últimos dos días. Aunque no sé si eso es bueno o malo.- se lamentó.- ¿Cuándo se lo comunicarás a tus hermanas?
— Dame tiempo.
— Puedo darte el tiempo que quieras, pero ella no.
— Lo sé.
Henzo dió un suspiro y estiró su mano. Segundos después, la copa que le dió al vampiro anteriormente estaba sobre esta. La acercó un poco a sus labios y los mojó en la sangre. Rápidamente tosió y la escupió a la vez que empezó a toser. Al escuchar la risa del guardián lo miró.
— ¿Qué pretendías? - le preguntó riendo a carcajadas.
— La curiosidad mató al gato, decían.- carcajeó Henzo.- ¿Cómo te puede saber bien?
— Porque soy un vampiro y estoy acostumbrado, ¿tal vez? - el peliblanco suspiró y tomó la copa, tomando otro trago.
— Una pregunta, Laín.
— Dime.
— Según las historias, tus antepasados salían a cazar en las noches sangre humana. ¿Desde cuándo solamente os conformáis con sangre de animal? - preguntó el caballero.
— Realmente soy el único que ha hecho esto, mi querido Henzo.- suspiró el de ojos rojos terminando su copa.- Aunque no sacia de la misma manera.
— ¿Fuiste a cazar alguna vez?
— Nunca. Pero si tomé sangre de una persona, de mi propia hermana de hecho. El dolor que le otorgó…No quisiera volver a darle ese dolor a ninguna otra persona.- explicó.- Por eso prefiero beber la sangre que extraeis de los animales cazados para alimentar al pueblo.
— ¿Qué pasa si no tomas sangre?
— ¿Acaso esto es un consultorio?
— Lo siento, señor.- se disculpó.- Debería irme.
El caballero tomó la copa y se la llevó para que la limpiaran, dejando a aquél guardián solo en su habitación. La soledad había habitado en su vida desde que tenía uso de razón, pero ya se había hecho a ella. Ahora solo le quedaba observar desde aquél ventanal como su reino se consumía por la magia divina de su madre, que por unas dichosas palabras en contra de ella juró hacer lo que hizo con el reino de su hermano perdido, el reino del viento, Gaoth, llamado el reino olvidado en aquellos tiempos.
— ¿Cuánto llevas aquí? - aquellos ojos rojizos se movieron lentamente para mirar a una joven muchacha de cabellos blanquecinos que posaba justo atrás del hombre.
— El suficiente.- contestó esta acercándose a él lentamente y con un semblante serio.- ¿Cuánto tiempo más quieres ocultarlo, hermano? He tenido que venir yo misma a tu reino para enterarme lo que te sucedía. ¡Y ahora me encuentro con que nada te pasa y lo que está mal es tu reino! ¿Acaso quieres que todo esto acabe como Gaoth y como Bayu?
— Tenía pensado comunicarlo en los próximos días, Mimi.
— ¡Es lo malo, Laín! ¡No tienes tiempo! - la chica tomó el traje de su hermano y lo agarró con rabia. Luego, apoyó su cabeza en su pecho y resopló.- No quiero perder a otro hermano y menos a tí.
— Lucharé por mi pueblo, hermana. No permitiré caer tan bajo como Bayu cayó. No permitiré dejarme ganar como él lo hizo.
— Era demasiado bueno como para enfrentarse a la magia divina de Mitera. Tanto que hasta el mismo se proclamó culpable de sus actos cuando en realidad solo fue valiente.- la joven tomó aire y abrazó a su hermano.- Lo extraño.
— Yo también, hermanita.
El chico también abrazó a su hermana menor y le dió un beso en la cabeza. Intentaría salvar a su reino pero la verdad de todo es que ni él mismo sabía cómo. Quería cambiar las cosas…quería venganza.
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Guardianes: Original story
FantasyUn mundo dividido en seis naciones que parte de un reino llamado Kosmos, el reino de todos los reinos. Mitéra, la reina de este reino, deja a sus seis hijos y a sus ayudantes al mando del mundo. Cada uno reinando una nación distinta durante el resto...