Cuestión de sangre (Part Final)

139 18 1
                                    

-Nghm-. Un gemido de placer salió de la boca de Steven, sabía que estaba disfrutando aquello y yo me excitaba más al saberlo.

En cuanto su sangre me inundo la boca, me volví loca, nunca había probado nada como aquello.

Todo mi cuerpo se calentó y embriagada de éxtasis empecé a beber más rápido, sabía que pronto tenía que parar, pero era imposible, ese hombre era puramente delicioso.

Suave, dulce, placentero... era como estar volando sobre las nubes.

Deje de taparle la boca para luego cogerle el pelo, sorprendiéndome de lo sedoso que era, tirando de él hacia atrás para tener un mejor Angulo de su cuello.

Parecía que tenía fuego en las venas y estaba tan excitada que no escuchaba ni si quiera los gemidos que Steven estaba emitiendo en esos momentos.

Pero algo paso, cuando mejor estaba y mas estaba disfrutando, el sabor de la sangre de Steven, cambio.

Ahora era más amarga y picante.

Su cuerpo también cambio, ahora parecía más musculoso y seguro de sí mismo, era como si fuera otra persona.

-Te has metido en la casa del hombre equivocado-. Aquella no era la voz que había escuchado antes, esta era ruda y más grave.

Se soltó del agarre que tenia y de un rápido movimiento me acorralo contra la pared, coloco un cuchillo en mi cuello, el cual no sabía de donde lo había sacado, no recordaba a Steven con ninguno encima.

Observo mis ojos rojos con detenimiento, me relamí los labios saboreando lo poco que me quedaba de Steven, cosa que no paso por alto.

-¿De verdad pensaste que podrías entrar en mi casa, dejarme seco e irte de rositas? Eres una vampira muy idiota-. Dijo presionando más el cuchillo.

-Tu... tú no eres Steven ¿Verdad? ¿Quién eres?-. Aquello me confundió de sobre manera, ¿Quién era ese sujeto y porque era idéntico a él? Y donde estaba entonces él.

-Claro que no soy Steven, el no sería tan valiente de hacer esto, seguramente habría dejado que lo mataras porque no querría hacerte daño. Pero yo no soy el, a mi no me da pena ningún monstruo como tú, chupasangres-. Su mirada era oscura, llena de determinación, aquel tipo iba muy enserio.

-Esas no son formas de tratar a una dama, seguro que por eso no tienes novia-. Le dije burlándome, quería provocarlo, ver hasta donde era capaz de llegar, sabía perfectamente que un corte en el cuchillo no me mataría.

Pero tenía un as bajo la manga.

Mi sangre.

Si ese tipo tocaba mi sangre, quedaría paralizado durante un tiempo, tiempo suficiente para poder huir de ahí.

-No digas tonterías, tú no eres ninguna dama. Solo eres un monstruo con apariencia de una, seguro que pensabas chuparme hasta la última gota. Pues hoy es tu día de suerte, has elegido al tipo equivocado-.

Bingo, Steven, o quien quiera que fuera me hubiera hecho un corte suficiente para que mi sangre bajara por el cuchillo hasta su mano.

No pude evitar sonreír mientras que mis ojos se volvían de nuevo rojos, observe como el moreno se puso tenso, una gota de sudor caía por su frente.

-¿De qué te ríes maldita?-. Pregunto nervioso.

-Me rio de lo ingenuo que eres. ¿De verdad piensas que un simple cuchillo me va a matar? Hmp, creo que esta vez gano yo-.

-¡¿Qu-que me está pasando?! ¡¿Por qué no puedo moverme?! ¡Maldita! ¡¿Qué me has hecho?!-. Decía mientras intentaba moverse, sin éxito alguno efectivamente, podía escuchar como su corazón iba a mil.

Moon Knigth One-Shot.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora