Mate del Alpha, Hija de la Luna

Capítulo 19

Pov Annelly

Supongo que debí imaginarlo.

Cuando él me pregunto quién era debí imaginar que yo jamás le contestaría, a pesar de que creyera que lo había hecho.

Ella no me dejaría hacerlo, primero me mostraría las consecuencias de esa elección, y luego me dejaría ver si la tomaba o no. Obviamente, como ella lo sabía, no tomaría esa decisión ¿Qué por qué? Debería ser obvio ¿No? Porque las vi, las consecuencias de esa decisión se materializaron como si de un video se tratase. Casi parecía que estaba pasando de verdad. Casi.

Pero una parte de mi sabía que no era así. O ¿Debería decir que más bien esperaba que no fuera así? No lo sé, lo único de lo que estaba segura era de lo confundida que me encontraba en ese momento.

Sabía que todos le temían, pero no fue sino hasta ese momento que había empezado a comprender la magnitud de ese miedo.

Sus expresiones fluctuaron entre el horror y la desesperanza. Entre la angustia y lo que supongo yo, fue una reacia aceptación de lo inevitable.

Pero fueron las expresiones de dos personas -o seres, depende de cómo lo vean- las que me preocuparon realmente.

Dimitri y Alice.

Ellos dos se hallaban extrañamente sin reacción, bueno no del todo, si te fijabas bien.

Alice, ella tenía resignación en la mirada, y también preocupación. Quizás se preguntaba como haría yo para sobrellevar esa situación. Bueno, ya éramos dos.

¿Y Dimitri? Pues no sé, eso lo define completamente. Tenía una excelente habilidad para ocultar sus emociones.

Y justo antes de que pudiera pensar qué significaba esa mirada, todo volvió a la normalidad. Cosa por la cual aún no sé qué debía sentir, si alivio porque todo lo que vi no había pasado o miedo porque eso podía pasar tarde o temprano.

¿Cuánto más tendría que aguantar? ¿Cuándo dejaría de mirar sobre mi espalda, esperando que alguien lo descubra? Esto empezaba a ser agotador.

-¿Y bien?- volvió a preguntar Damián- ¿Quién eres?

-¿No crees Dem, que de saberlo te lo diría?- él se rio a carcajadas ante mi pregunta

-No, por supuesto que no. Creo firmemente que me lo ocultarías sin remordimiento alguno.

-Bueno, entonces debería decir que eres más inteligente de lo que pensaba. Supones bien.

Y con esa nota final, me encamine al palacio.

No sabía qué hacer, comenzaba a sentir que ya era demasiado. Hace poco solo era una niña, iba a la secundaria y luchaba con un trauma del que no podía librarme.

Ahora, era una mujer loba, y vivía en un mundo de hombres lobos. No sabía quién era, ni conocía a mis padres.

Estaba destinada a morir, e incluso sabia como lo haría y quienes morirían conmigo.

No sabía si algún día tendría hijos. Ni si los llegaría a conocer.

Además, tenía que vivir cuidando mis espaldas. Sin saber si, algún día, podría bajar la guardia.

¿Esto acabaría alguna vez? La respuesta quizás era más siniestra de lo que quería pensar.

En fin, que sabía muchas cosas pero no sabía nada en realidad.

Después de eso, nadie volvió a preguntarme nada. Todos se fueron a hacer sus cosas, Alice fue a ser Alice, con su nuevo adquirido compañero claro.

Una vez le pregunte que tanto hacia con él. Grave error. Demasiado explicito para un alma completamente inocente.