Cuando el odio y la venganza se unen nada puede salir bien, Mew Blood es un empresario exitoso que con años y esfuerzo logró su imperio borrando así su oscuro pasado, pero hay algo que nunca pudo borrar, la traición de quien más amó en su vida. Por...
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—Te amo Alden.
—Eres un mentiroso, porque si me amaras sedujeras a la marquesa de Astreris y le hiciera que te diera todo su dinero.
Mew rueda los ojos.
—¿Qué tanta fe tienes en mis encantos?
Alden se levanta de la cama.
—Mucho, eres un Blood, todos sucumben a tus encantos.
—Alden te amo, pero esa vida de seducir personas ricas quedaron atrás, me siento sucio cuando me acuesto con alguien que no eres tú.
Alden levanta la voz.
—Quiero ser rey y mientras más tesoro tenga la bóveda del reino que debo hacer crecer, más reyes quebrados buscarán mi ayuda y se unirán a mí y si hay que vaciar las bóvedas de cada noble solterón de Drakata lo haremos.
—Te das cuentas que prácticamente quiere que me prostituya, ¿acaso mi fortuna no te bastó?—Mew cruzó sus brazos molestos.
Alden se sube a la cama y gateó hasta donde Mew para besarlo.
—Amor, tu sangre es valiosa y hay que usarla bien, esto lo hago por ambos... —diciendo eso empezó a besarlo.
—Yo te amo Alden para ser feliz no hay que dominar medio universo, ¿acaso no te basta con mi amor?
—Mew te amo, pero mi ambición es mucho más grande.
Mew le dolió aquello, pero se dijo así mismo que Alden al menos lo incluía en su futuro.
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Gulf abre los ojos y puede ver que no está en el internado, ya que la habitación era demasiado amplia y de buen gusto.
—Al fin despertaste—dice preocupado Tobías mientras quitaba la compresa de tela de su frente.
—¿Dónde estoy?
—En la mansión del bosque, aquí puedes estar sin problemas, lleva años desocupada—dice Mila mientras trae una sopa en sus manos para el convaleciente y la pone en la mesita.
