Capítulo: 4 Un imperio que pesa.

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Unos gritos de bebé se escucharon en toda la habitación

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Unos gritos de bebé se escucharon en toda la habitación.

—Mi señor, nació un varón.

Alden débil y sin fuerza extiende sus brazos.

—Mi hermoso niño, mi ángel, acabas de nacer—en ese momento se desmayó, había perdido demasiada sangre.

Una hora más tarde despertó en otra habitación y solo pudo ver a su hermano.

—¿Hermano y mi hijo?

La madre de Alden entra con un bebé en brazos envuelto en mantas azules.

—Aquí está tu bebé, es hermoso—se lo entrega con cuidado, puede notar lo feliz que es su hijo al tener a su bebé en brazos.

Alde no podía creer que aquello tan dulce pudo crearlo con Mew.

—¿Le pondrás Diadema?

Alden niega con la cabeza.

—Si descubre alguna vez a mi bebe, sacará conclusiones y se descubrirá que mentí, además los reyes que se están uniendo a mí no pueden darse cuenta de este bebé.

—¿Qué harás?—dice con preocupación la madre.

En ese momento entra Dunkan.

—Yo me encargaré de mi nieto.

Meidrina gira su cabeza y no evita que su corazón se acelere, aún no podía creer que lo siguiera amando.

—¿Cuándo lo llamaste?

—¿Dónde suponías que me oculté estos meses?

Meidrina mira a Mijaíl.

—¡Tú lo sabías!

—Es nuestro padre, madre.

Meidrina no dijo nada, le pasó por el lado a su exesposo y este le tomó la mano.

—No te enojes, amo a mis hijos y si ellos acuden a mí no puedo negarle mi ayuda.

—Eso debiste pensar cuando dejaste todo por una moribunda—se soltó de su agarre y salió.

—¡Por qué rayos esta familia es dramática!, mi hermano ocultando un embarazo, mis padres enemigos por una historia de hace mil años y mi girasolito en otra dimensión alejado de mí y para el colmo todos dan por hecho que me abandonó, no se tragan el cuento de retiro espiritual.

Alden con su bebé en manos rueda los ojos.

—Mijail, deja de hacerte el protagonista que ya no te luce, ¿no ves que tendré que alejar a mi bebé de mí? Verlo a escondida!

Mijaíl suspira.

—Dile la verdad a Mew y vive tu vida aunque común feliz.

—No, antes de Mew tenía planes, los cuales se sabotearon gracias a esos sentimientos, y la maldita de Jamisha—susurra lo último al final.

Amores Que Matan. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora