Cuando el odio y la venganza se unen nada puede salir bien, Mew Blood es un empresario exitoso que con años y esfuerzo logró su imperio borrando así su oscuro pasado, pero hay algo que nunca pudo borrar, la traición de quien más amó en su vida. Por...
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Dukan le arregló el corbatín a Crown, hoy su padre pasaría el día entero con él.
—¿Estás feliz?
El niño tímidamente asiente.
—Abuelo, ¿un día yo voy a vivir con papi Alden?
Dukan sintió tristeza por su nieto, quien apenas tenía 7 años.
—Si, pero debes de aguantar un poco más, tu hermanito nació enfermo y necesita los cuidados de tu padre.
—Lo sé, debo ser un buen hermano.
Dukan sonríe, su niño era bueno.
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—Si no comes, te vas a morir.
—¿No ves el circo mediático que hicieron en todos los periódicos y revistas de sociedad?—Yo mejor sigo dibujando, debo aprovechar mis horas libres desde ahora, ya que al parecer ser tu representante será algo agotador. Por cierto te recuerdo que son esposos, querido padre, eres libre, consíguete un novio y enfócate un poco en el hijo que te queda—besó su cabello y salió de los aposentos de su padre.
Alden, quien tenía su cabeza en la mesa donde todas las mañanas desayunaba, se anima un poco y mete una tostada a su boca.
—Rayos, esto es horrible, mi vida era perfecta, ¡que mierda celestial hizo que Mew conociera a mi hijo!
Luego de aquellos gritos recuperó la compostura, debía dar una entrevista.
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