—Escápate conmigo.
Jamisha quien estaba recostada en su pecho, levanta la cabeza para mirarlo.
—¿Me estás invitando a ser parte de tu tripulación?
—Quiero que seas mi mujer, no te faltará nada—se sonroja—en Drakata soy un miserable sin una moneda de oro, pero en muchos asteroides tengo escondida mi fortuna, me escondo en esta ciudad hasta que las autoridades se olviden un poco de mí, pero no pasarás penurias, no tendré amantes y cuando me grites voy a quedarme callado.
Jamisha lo escuchaba atentamente y no supo por qué, pero lo qué decía le dio ternura.
—¿Entonces quiere que sea tu mujer?
—Sí.
—¿Y viajar en tu nave, meses y meses?—dice ella divertida.
—Te construiré una mansión, más grande que está, para cuando te aburras de estar conmigo en la nave, estés ahí y beba tu té.
Jamisha lo besa y se sube encima de Mew.
—Ok, esto es una locura, pero de la que no me voy a arrepentir. Porque Mew Blood no serás un caballero, pero eres ante mis ojos, superior a un rey. Así que fuguémonos pon la fecha mi pirata.
Mew no cabía de felicidades y la besó apasionadamente.
Jamisha estaba un poco nerviosa, pero segura de su decisión. Bajó con una pequeña maleta, su expresión cambió cuando notó la presencia de su padre.
—Usted aquí su majestad.
El padre, sin decir nada, se acerca a su hija y le da una cachetada.
Ella agarra su mejilla y se queda en silencio.
—¡Eres peor que esa maldita niña, al menos se entregó a un rey y tú a un maldito delincuente!—exclamó.
Jamisha contuvo sus lágrimas, no le daría el gusto de verla llorar.
—¡Habla, no dirás nada!
Jamisha suelta su pequeña maleta en el primer escalón de la escalera y se enfrenta a su padre.
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Amores Que Matan.
FanfictionCuando el odio y la venganza se unen nada puede salir bien, Mew Blood es un empresario exitoso que con años y esfuerzo logró su imperio borrando así su oscuro pasado, pero hay algo que nunca pudo borrar, la traición de quien más amó en su vida. Por...