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Eric

Había llegado a casa y me había tirado a la cama directamente. Aina había estado muy rara conmigo y no paraba de darle vueltas por si la habría hecho algo.

La llamé unas cuantas veces pero no hubo respuesta por su parte.

Decidí mandarla un mensaje.

Mi niña, no sé que he hecho, pero si te he hecho daño lo siento, sabes que te quiero <3

La mandé eso y me fui a duchar para despejarme. Mañana en cuanto me levantara iba a ir a hablar con ella. Ahora no iba porque ya era muy tarde y probablemente se iba ya a dormir.

Cuando salí de la ducha miré el móvil y vi que estaba en línea, pero no había visto mi mensaje.

Me salí a dar un paseo a ver si dejaba ya de pensar tanto.

Aina

Iba ya por mi cuarta copa. Andrea me había visto que estaba un poco decaída entonces habíamos ido a una discoteca para distraernos.

Me estaba pasando demasiado. Había bebido mucho e iba muy mal. Podría cometer cualquier locura.

-Tia, vámonos, vas pedisimo-me dijo mi amiga.

-Venga aguafiestas, un rato más-la contesté con voz de borracha.

-No, nos vamos, no te mantienes ni en pie-me dijo y no me quedó más remedio que seguirla-. ¿Y ahora donde vamos? No te puedo llevar así a casa.

-Pues nos quedamos aquí-la contesté y me tiré en el primer banco que pillé.

-Si claro, ¿como vamos a dormir aquí!?-me chilló mi amiga y yo pegué un bote del susto.

-¿Andrea?-dijo una voz muy conocida.

-Eric, ¿que haces aquí?-le respondió ella.

-Estaba dando un paseo, ¿que hacéis vosotras aquí?-nos preguntó ya que me había visto tirada en el banco.

-Nada, que teníamos ganas de fiesta y nos hemos pasado un poco-le contestó Andrea mientras me miraban.

-¿Que me miráis? ¿Tengo algo en la cara?-les dije.

-Me la llevo a mi casa. Mis padres no están, y mi hermana nos cubre-dijo Eric y se agachó para cogerme.

-Eric-le dije cuando me cogió en brazos-. Te quiero capullo.

-Yo más princesa-me dijo y me besó.

Me llevó en brazos hasta su casa. Abrió la puerta cómo pudo y subimos directos a su habitación.

Me tumbó en la cama y me quitó el vestido. Se levantó a por una camiseta suya y volvió hacia mi. Le cogí de las piernas y le tumbé encima mia. Empecé a darle besos por todos los lados.

-Aina, vas borracha-me dijo

-Me da igual-le contesté y seguí a lo mío.

-Mañana cuando sepas lo que haces-me dijo y no me quedó más remedio que hacerle caso.

Me puso su camiseta y me arropó con una manta. Se tumbó a mi lado y pasó su brazo por mi tripa.

-Buenas noches mi niña-me dijo. Me dio un beso en la cabeza y nos dormimos.

...

-¿Donde estoy?-me pregunté a mi misma cuando me desperté.

Miré hacia un lado y estaba Eric sin camiseta durmiendo abrazado a mi. ¿¡Qué cojones hacía en su casa!?

Me levanté rápido y vi que llevaba una camiseta suya. Encima de la silla estaba la ropa que me dio Andrea ayer para ir a la discoteca. Me cambié y me fui de su casa sin decir nada.

No fui a mi casa sino que fui a la de mi mejor amiga. Llamé al timbre y me abrió ella con cara de recién levantada.

-Son las 9 de la mañana Aina, ¿qué cojones quieres?-se quejó nada más abrirme la puerta.

-Ya me estás explicando cómo he acabado en casa de Eric-la dije entrando en su casa y sentándome en el sofá.

-Es tu novio tía, ¿por qué no quieres verle?-me preguntó cuando se sentó a mi lado.

-Quiero que me explique las cosas y luego ya vemos-la contesté.

Me explicó todo lo que pasó anoche. La devolví la ropa y me puse lo que llevaba yo. Me fui a mi casa.

Eric

Me desperté y Aina no estaba. Miré por toda la casa y nada. Vi que la camiseta que la dejé estaba encima del escritorio y su ropa ya no estaba. Se había ido.

Me vestí, cogí un bollo y fui directamente a su casa. Sus padres trabajaban así que íbamos a estar solos.

Llegué y llamé, no tardó mucho en abrirme.

-Ah eres tú-me dijo.

-¿Solo tienes que decirme eso?-la pregunté y levantó los hombros-. ¿Puedo pasar?-asintio.

Entramos y fuimos directos al salón a sentarnos en el sofá.

-¿Que pasa Aina?-la pregunté ya que ella no hablaba.

-Tu sabrás-fue lo único que supo contestarme.

-Pues no lo sé. Si lo supiese no te estaría preguntando-la contesté algo más borde-. Cuando llegamos al partido estabas bien, luego ya después no.

-Eric déjame...-me dijo con la voz entrecortada. Se notaba que tenía ganas de llorar.

Me acerqué más a ella y la abracé. Aina se derrumbó en mis brazos y empezó a llorar.

-No quiero perderte-me dijo y la abracé más fuerte.

-No vas a perderme cariño, ¿porque estas así?-la dije y la di un beso en la cabeza.

-La chica con la que saliste ayer, ¿quién es?-me preguntó y ya entendí todo. Me empecé a reír un poco.

-¿Es por eso?-la pregunté riéndome y asintió agachando la cabeza-. No te preocupes mi niña. Es mi prima. Llevaba aquí desde Navidad y se iba hoy. Lo siento por no habértelo dicho

-Soy muy mala novia Eric. Soy una puta celosa-me dijo y se puso a llorar más. La abracé más fuerte y la besé.

-No eres mala novia, eres la mejor novia que puede haber-la dije y se apoyó más en mi.

Se quedó dormida en mi pecho. Yo me acurruqué en el sofá y también me quedé dormido con ella encima.

A la hora me desperté. Aina seguía dormidita super mona. La dejé en el sofá con cuidado para no despertarla y me fui a la cocina para coger algo de comer ya que no había desayunado casi nada.

Tiempo al tiempo [Eric García]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora