Te doy la bienvenida a la gilipollez más grande que se me ha ocurrido en lo que llevamos de año. Por eso te doy una única advertencia y es que si no tienes mi mal sentido del humor seguramente no te guste esto. Además de que más que un oneshot sería como un drabble. No sé.
Por cierto, la coca es mala, aquí lo comprobarán.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra T/N
Era sábado y eso solo podría significar una cosa.
- ¡Mercadona! - Grité a las puertas de dicho supermercado español. - ¡Vamos cariño! , ¡quiero montarme en el carrito! - Hablé con él pelinegro que seguramente se estaría planteado el por qué de la relación que tenía conmigo.
- T/N comportarte. No vas a ir en carrito ni en cesto. Este es el quinto Mercadona que visitamos. - Respondió irritado.
Sí, en los anteriores nos habían prohibido pasar por "mal uso del material del establecimiento".
- ¡Pero yo quiero ir en el carrito! - Repliqué cuál niña pequeña.
- Tienes 19, no puedes. Además no se como cabes en es diminutivo asiento. - La analizó viene la buena figura de su novia.
- Simplemente, o lo moldeo o no colocó las piernas en los huecos de las patitas. - Contesté subiendo por el ascensor ya que habían aparcado en el parking interior.
- Da igual, simplemente comportarte. A veces veo el espíritu de tu hermano en ti. - Suspiró subiendo conmigo.
- ¿Qué esperas? Es mi hermano a pesar de la diferencia física que tenemos. - Le dije para darle un beso en la mejilla antes de que se abrieran las puertas del aparato.
- Vale, primero la fruta - Comentó con un leve sonrojo en sus mejillas por mi acción. - ¿Serías capaz de coger un kilo de melocotones? - Me cuestionó a lo que fui a por ellos mientras veía que él iba a por otra fruta.
Llegué a el estante donde ponía el nombre de la fruta que me había pedido, estaba apunto de agotarse. Todo iba bien hasta que observe fresas al lado de dónde estaba mi novio. Dejé los melocotones donde antes y fui hasta allí para coger un cajoncito de fresas.
- ¿Y los melocotones? - Me preguntó a lo que yo palidecí. - ¿Los has cogido? - Negué con la cabeza viendo como se enojaba. - Bueno, no pasa nada, ahora voy yo a por ellos. - Se giró mirando a dónde estaban los melocotones, estaban porque ya no había ninguno. - Esta bien, no pasa nada, tomaremos nectarinas. - Su visión viajo hacia ellas pero ni existían las cajas en donde solían reposar esperando a que alguien las compre. - Menos mal que hoy hay poco que comprar... - Murmuró mientras le sobresalía la vena de la sien por el enojado que tenía.
- ¿Ahora qué? - Pregunté inocentemente mientras él se dirigía al carrito.
- Ahora voy a coger yo la compra y vas a vigilar el carro ¿si? - Me mandó mientras él iba a la zona de verduras.
