NasserPor la forma en la que habían tocado el timbre supe inmediatamente que se trataba de Paul. Abrí la puerta para encontrarme con su estúpida sonrisa de siempre.
— ¿Por qué tocas el timbre específicamente tres veces?
Sin esperar invitación entró en mi apartamento y se tiró el sofá suspirando exageradamente.
— No sé. ¿Por qué eres específicamente lento para abrir la puerta siempre?.— me tiró un cojín a la cara.
Le saque el dedo y me dirigí a la cocina para prepararme un café solo. Cuando volví al salón, Paul se había puesto cómodo en el sofá, mirando atentamente la tele concentrado en uno de los partidos de fútbol que tenía grabados. Al minuto reparó en mi café y negó con la cabeza.
— Ni te voy a preguntar pero se que ese es probablemente tu sexto café del día, y son sólo las ocho.
— ¿Y a ti qué?
Encogió los hombros.
— Podrías haberme traído uno al menos.
— Tienes piernas.
— Y tú unos modales terribles.
Me reí, para después quitarle el mando a distancia de la mano. El se quejó con un gruñido y salió del salón. Diez minutos después volvió con un café.
— ¿Tienes que volver a la empresa?.— le pregunté.
— Que va, tu padre me ha dado el día libre.— dijo, quitándome de un movimiento el mando y volviendo a poner el partido.—Se ha ido a jugar al golf.— asentí con la cabeza lentamente. La verdad es que no me podía importar menos lo que mi padre hiciese.— ¿Quieres salir mas tarde? Carla me escribió viniendo aquí.
— Ya, a mi también. Pero no creo que vaya.
Pausó el partido y me miró.
— ¿Sigues yendo al cementerio todos los lunes?
Aparté la vista y asentí. Noté que Paul se tensaba. Podía oír lo que pensaba como si lo estuviese gritando en mi oído. Han pasado cuatro años. Tienes que superarlo.
Sin embargo, no dijo nada y volvió a reanudar el partido.
— ¿Has pensado en lo que te dije?
Le miré confundido, luego me acordé de a qué se refería.
— ¿La cafetería?
— Sí.
— Me parece extraño que mi padre no haya conseguido convencer a la dueña.
— ¿Cómo sabes quién es?
Sonreí de lado.
— He investigado.
— ¿Y qué has encontrado?
Involuntariamente pensé en Adine mirándome fijamente a los ojos en aquella noria, y en cómo apartaba esa mirada cada vez que le preguntaba algo sobre ella.
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Souls: Me da miedo perderte
RomanceEn el lado costero de la ciudad, Adine vive atrapada en la nostalgia de todo lo que una vez fue su padre. Se ocupa de la cafetería que le dejó al morir dejando a un lado su futuro en el diseño de moda, a pesar de la desaprobación de su madre. Todo l...