capitulo 9

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—Si no es mucha molestia joven Pettigrew—la voz de la profesora McGonagall se escuchó—me gustaría leer a continuación

—Por supuesto profesora—de un movimiento el libro ya estaba en manos de la profesora, quien se acomodó los lentes lista para empezar a leer— capitulo nueve

Theo había llegado a Malfoy Manor para una partida amistosa de Quidditch con Draco, Blaise, Greg y Vicent.

El día no era tan frio, así que era perfecto para un pequeño juego.

Cuando arribó por Red Flu al recibidor de Malfoy Manor fue recibido por el sonido de un piano.

Miró a los lados y supuso que el sonido provenía del pequeño salón privado de Lady Malfoy. Llevando su escoba en mano camino hasta el origen de la música.

—Porque, en el nombre de Merlín—la voz cansada de James sonó por el gran comedor— ese mocoso tiene que aparecer en el libro de vida de mi dulce corazón.

La cara de con función se presentó en el rostro de los presentes, incluso su padre estaba confundido

— ¿Tu... dulce corazón?—le pregunto un Ravenclaw de cuarto año—

—Mi dulce corazón—afirmo el de lentes—

—A riesgo de sonar irrespetuoso—hablo un Hufflepuff de sexto año comenzó a hablar— ¿Quién es tu... dulce corazón?

—Mi hija—dijo algo contrariado por la pregunta— ¿quién más seria?

—Que Merlín, Morgana y madre magia bendiga a la niña—susurro Rebastan Lestranger con una mueca en su rostro—la va a tener difícil con Potter.

— ¿Difícil?—le respondió su cuñada— con ese apodo yo le daría una patada

Lo que le molestaba no era el apodo en sí, sino el cómo lo usaba en público el que la llamara de esa manera frente a todos. Por suerte la conmoción sirvió para que James olvidara el asunto de Heir Nott y la profesora McGonagall siguió con la lectura.

La puerta del pequeño salón estaba abierta y Lady Cordelia estaba en el piano forte entonando una melodía que no podía identificar, Theo se quedó congelado ante la imagen.

El cabello rojizo de Lady Cordelia estaba enroscado en una cinta Celeste en una trenza en forma de diadema en su cabeza.

Ella sonría mientras observaba las partituras frente a ella, sus guantes de encaje descansaban sobre su regazo.

—Theo— él salió de su distracción cuando fue llamado por Lady Malfoy, quien estaba sentada en su sofá favorito.

Una imagen de la pequeña Cordelia sentada en el piano se mostró para luego encogerse y dividirse en dos, una fue para los padres y abuelos en la mesa de Gryffindor mientras que la otra fue la mesa de Ravenclaw en donde se encontraba Petunia.

La música se detuvo, los ojos de cierva de Lady Cordelia lo vieron fijamente. En un movimiento rápido de ella se colocó sus guantes y se levantó del asiento.

—Heir Nott— saludó educadamente. Ella se quedó parada en su sitio mirando a los lados con disimulo.

—Los chicos te están esperando en el jardín— dijo Lady Malfoy poniéndose a lado de Cordelia, mientras colocaba una de sus amigos sobre el delicado hombro de Cordelia. — Aunque ya has visitado la mansión con anterioridad me sorprende que te perdieras.

—Me llamo la atención de quien podría estar tocando el piano, Lady Malfoy.

— ¿No es un verdadero encanto Lady Cordelia?— sonrió ella como respuesta. — Tocar con tanta naturalidad y talento el piano.

Leyendo Una perfecta SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora