15 : La teoría de Li

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Nos maté a todos”. Azula susurra. 

Al final de su juicio, llora bastante abiertamente. 

Ella espera que Bujing se burle y esté de acuerdo. En cambio, el hombre le atiende en silencio la pierna. En un movimiento insoportable, vuelve a colocar el hueso en su lugar. No está segura de que ese sea el cuidado adecuado. Ella no puede reflexionar sobre ello antes de que su mundo se oscurezca. 

Se despierta en el suelo con la pierna atada con un nuevo yeso improvisado. 

Siente un trapo mojado y fresco en la frente. "Ella está despierta". 

"¿Li?" Ella pregunta débilmente. Ella trata de sentarse.

“Shh…” susurra la anciana. “Solo sigue acostado. 

“Hice que mataran a todos”. Ella dice de nuevo. 

“Iba a suceder eventualmente”. Bujing dice, bruscamente. 

"¿Por qué me salvaste?" Ella pregunta. "Deberías haberme dejado morir con el resto de ellos".

"Tú y el viejo murciélago polilla son todo lo que me queda". Bujing se queja. “No puedo darme el lujo de ser exigente con la compañía que mantengo”. Casi no lo escucha agregar: "Tal vez tendría más compañía si lo hubiera aceptado antes". 

Son un trío bastante lamentable.

Azula intenta sentarse de nuevo, ganándose una mirada de Li. 

Esto no habría sucedido si su padre hubiera estado presente. "Tenemos que llegar a la prisión". Ella dice con más urgencia. 

"¿Qué hay en la prisión?" pregunta Bujing. 

"Mi padre." Ella responde en voz baja. Se prepara para que el hombre la acuse de egoísmo imprudente. En cambio, la sorprende de nuevo. 

Si está vivo, estoy seguro de que se alegrará de tenerte de vuelta. Haría cualquier cosa por volver a ver a mi chica”. 

"¿Está ella muerta?"

“Me gusta pensar que ella lo logró. Se dirigía al Reino Tierra antes del desastre”. 

Azula decide que debe terminar la conversación allí, no quiere encariñarse con el hombre de ninguna manera. Se había permitido acercarse a Ruon y ahora todo lo que le queda de él es un dolor lúgubre en su corazón. 

.oOo.

Una sensación de calor incómodo y una ligera presión en sus senos paranasales saca a Azula del sueño. Hace una mueca de dolor cuando registra los latidos en su cabeza. Su cara está sonrojada y tiene un ligero brillo de sudor. Esta vez sus escalofríos no tienen nada que ver con el miedo. 

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